"Hay que mirar el juego, no el DNI"
Por aquello del nombre, a Augusto Ibáñez Sacristán (Tricio, La Rioja, 1969) algunos le conocen como Emperador, pero su carácter no parece concordar con la arrogancia de los antiguos mandatarios romanos. Titín III, el pelotari más veterano de todos los que anidan actualmente en la élite, deja que sus méritos hablen por él. El último de ellos, el séptimo título por parejas logrado en la feria de La Blanca de Vitoria, tercero de manera sucesiva, conseguido la semana pasada junto a Iñigo Pascual.
El éxito del Ogueta enriquece aún más una carrera poblada con el Campeonato de España de Parejas de 1994, el Campeonato de Parejas de Primera en 2000 y el Campeonato de Parejas de la Liga de Empresas de 2004. Diferentes compañeros, pero siempre los mismos propósitos: ser competitivo y disfrutar entre las tres paredes. Tal y como empezó. "Tricio, mi pueblo, no sobrepasa los 400 habitantes y no había otra cosa que la pelota. Mi padre llegó a ser profesional, y mi hermano también lo practicaba", recuerda. Las reducidas dimensiones del frontón de la localidad riojana le convirtieron en delantero. "Salvo cuatro excepciones, los frontones riojanos son pequeños, muy ásperos", relata.
"Tenemos que saber de dónde venimos. Llegar a profesionales cuesta poco comparado con lo complicado que es mantenerse"
"Las empresas se preocupan más de los pelotaris, y podemos decir que con la pelota se vive bien"
Con 23 años, una edad inusual, se introdujo en el profesionalismo. Antes de eso, tuvo tiempo para trabajar en la construcción y pasar tres años como empleado en una gasolinera. "Todos tenemos que saber de dónde venimos. Llegar a profesionales cuesta relativamente poco en comparación con lo complicado que es mantenerse", asume, consciente de que, en los tiempos que corren, las empresas y los aficionados demandan juventud. "Es probable que algunos estemos muy vistos, porque ahora hay una gran repercusión de la pelota en los medios de comunicación, pero hay que fijarse en el juego, no en el DNI".
Y para sostenerse en la cúspide, el Emperador se buscó a alguien que le guiase en el terreno de la preparación física, un aspecto que incrementó su relevancia conforme la pelota dejaba de ser ese juego donde el pelotari tenía la costumbre de ingerir un chuletón horas antes de un partido crucial. Ese alguien es Joaquín Plaza, profesor del INEF, preparador físico en otros deportes, como el atletismo, y también aficionado a la pelota. "Desde hace una década, se ha apostado por una profesionalización muy fuerte. Se necesitan preparadores específicos, porque la pelota es un deporte muy completo. El pelotari que no lo afronte tendrá difícil mantenerse".
Todo ese proceso ha registrado una trascendencia positiva -"las empresas se preocupan más de los pelotaris, y podemos decir que con la pelota se vive bien"-, pero también algún flanco más preocupante, como el hecho de que se haya acortado el recorrido profesional de algunos manistas. "Antes, pasaban muchos años entre el debut y la retirada del pelotari. Ahora, debutan muy jóvenes y los hay que, con 23 años, si han sufrido alguna lesión u otra circunstancia, no les renuevan", lamenta.
Titín III admite que su edad no le permite pensar a largo plazo, "sino día a día", pero desea "seguir aprendiendo" en la pelota. Por si acaso, la otra vertiente, la del enseñante, lleva varios años cultivándola. Desde hace cuatro años, funciona en La Rioja una escuela de pelota que lleva su nombre y que se une al centro de tecnificación, impulsados ambos por él mismo. En total, suman medio centenar de chavales. Aparte de eso, Titín III todavía obtiene tiempo para rodearse de su familia y visitar la playa, pero no hay horizonte para su retirada. "Quiero seguir igual que hasta ahora, y con la misma ilusión", afirma con seguridad.
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