González Pons destituye al hombre de confianza de Rafael Blasco al frente de la política de vivienda

Poco menos de tres meses después del último cambio de carteras en la Generalitat, el nuevo consejero de Territorio y Vivienda, Esteban González Pons, ha movido el primer sillón. González Pons ha decidido prescindir del que desde 2003 ha sido gerente del Instituto Valenciano de la Vivienda (IVVSA), José Fermín Doménech, hombre de confianza del anterior responsable de Territorio, Rafael Blasco, quien desde la última remodelación está al frente de Sanidad. Desde la Consejería de Territorio se apuntó a una "pérdida de confianza" para explicar la decisión, aunque otras fuentes consultadas hablaban de que la línea de trabajo de Fermín Doménech no se ajustaba a la filosofía del nuevo consejero. La última remodelación del Consell se realizó con el compromiso de no cambiar el segundo escalón de la Generalitat, un aspecto que no afecta al gerente del IVVSA, que es nombrado y destituido por el presidente de este instituto, es decir, el consejero de Territorio y Vivienda.

El paso de Doménech por el IVVSA ha estado marcado por la polémica. Desde su llegada al instituto de la mano de Rafael Blasco el organismo ha promovido la creación de empresas mixtas para avanzar en la urbanización de suelo dirigido a viviendas de protección oficial. Empresas que han despertado críticas, entre ellas por parte del Síndic de Greuges, que en su informe correspondiente a 2004 señalaba que el Instituto Valenciano de la Vivienda incurrió en varias irregularidades al constituir las empresas mixtas. El Síndic mencionaba entonces que en su mayor parte estas empresas tienen mayoría de capital privado y contratan sin publicidad. El IVVSA también fue uno de los promotores del PAI de la Bega de Cullera, proyecto conocido como el Manhattan valenciano.

El secretario de Medio Ambiente del PSPV-PSOE, Francesc Signes, reclamó ayer a través de una nota que el consejero explique públicamente "las motivaciones" que le han conducido a destituir a Doménech, aunque apuntó que tras la decisión pueda haber una "división de criterios de poder dentro de la disciplina del Consell".