El petróleo y el turismo elevan los precios al 4% en julio
El Gobierno renuncia a lograr una inflación del 3% a final de año
Tras una breve tregua en junio, la inflación ha vuelto a acelerarse. Aunque los precios bajaron seis décimas en julio fruto de las rebajas, en el último año acumulan una subida del 4%, porcentaje que duplica el objetivo oficial y añade una décima al de junio. La escalada del petróleo, así como el encarecimiento de los servicios y de los alimentos, explican este empeoramiento. El Gobierno renuncia ya a una inflación del 3% a final de año.
El índice de precios de consumo (IPC) oscila entre el 3,9% y el 4% prácticamente desde principios de año. Pese a los augurios del Gobierno, la inflación no remite y tampoco la brecha de evolución de precios con la zona euro. El IPC es hoy siete décimas superior al de hace un año y duplica el límite máximo que establece el Banco Central Europeo, según los datos que hizo ayer públicos el Instituto Nacional de Estadística. Los precios en España avanzan 1,5 puntos más deprisa que en resto de los países del euro.
El encarecimiento del petróleo es responsable en buena parte de los datos adversos. La subida de la materia prima se traslada a los gastos de vivienda (principalmente calefacción, que sube un 6,8% en el año) y al transporte. El Gobierno atribuye el comportamiento adverso de los precios a la evolución del petróleo y renuncia a esperar un valor inferior al 3% a final de año. La situación actual "no permite anticipar una caída rápida y contundente en lo que queda de año", explicó ayer el secretario de Estado de Economía, David Vegara.
Alimentos más caros
Pero la energía no es el único elemento que justifica ese nivel de inflación. Los alimentos, por ejemplo, resultan de media un 4,8% más caros que hace un año. Destaca el aceite de oliva, que se ha encarecido un 31%, aunque en el último mes ha comenzado a relajarse. Las patatas y la carne de todo tipo figuran igualmente entre los alimentos con mayores subidas.
Los servicios presionan también al alza. Este sector, tradicionalmente inflacionista, lo es este año más que el anterior. Las subidas se perciben más al calor de la temporada turística, que impone subidas de precios en establecimientos hoteleros, cafés y restaurantes (suben un 4,5%). A este sector, entre otros, obedece el hecho de que la inflación subyacente, más indicativa del IPC estructural, pues elimina los elementos más volátiles (alimentos frescos y energía) también sube (del 3% de junio pasa al 3,1%).
La subida anual de la inflación se produce a pesar de que respecto a junio se ha registrado un descenso de seis décimas. Esa caída es habitual en julio, pues el índice recoge las rebajas, que impactan con fuerza en el IPC. El vestido y el calzado han bajado incluso más que en julio de 2005, lo que puede apuntar a que la temporada ha sido menos boyante que la anterior. Los datos de crecimiento económico reflejan una desaceleración en el consumo de los hogares en los últimos meses.
El dato de inflación desata la preocupación de partidos y agentes sociales. Los desequilibrios en los precios "comprometen la continuidad del crecimiento económico español", a juicio del Partido Popular, que acusa al Gobierno de no tomar medidas. Para Izquierda Unida, existe "falta de cultura de estabilidad de precios" en una parte del empresariado español. Comisiones Obreras denuncia la pasividad del Ejecutivo y UGT subraya la incidencia de esas subidas en la economía familiar. Desde la óptica empresarial, las Cámaras de Comercio advierten de que las subidas de precios merman la competitividad de las compañías.
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