Scotland Yard desmantela una red que planeaba hacer estallar aviones en vuelo

La policía británica desbarató ayer una trama terrorista que, según informó, planeaba derribar, de manera simultánea y con explosivos líquidos escondidos en equipajes de mano, varios aviones comerciales en pleno vuelo entre el Reino Unido y Estados Unidos. Scotland Yard detuvo en Londres y otras ciudades de Inglaterra a 24 sospechosos que, en palabras de un jefe policial, pretendían causar "muerte a una escala inimaginable". Los Gobiernos del Reino Unido y EE UU sospechan que los atentados eran inminentes.

Las autoridades británicas no dieron detalles sobre la nacionalidad de los detenidos, pero fuentes policiales indicaron que la mayoría de ellos son británicos con vínculos en Pakistán, un perfil muy similar al de los autores de los atentados del 7 de julio de 2005 en Londres, que dejaron 56 muertos.

El Gobierno de EE UU apuntó directamente a Al Qaeda, y el presidente George W. Bush afirmó que la trama es "un claro recordatorio" de que su país "está en guerra contra fascistas islámicos". Los Gobiernos de Londres y Washington elevaron a "críticos" los niveles de alerta en sus respectivos territorios nada más producirse la operación antiterrorista.

El aumento de las medidas de seguridad causó enormes problemas en los aeropuertos de todo el mundo, sobre todo en el de Heathrow, el mayor de Europa. Miles de vuelos con origen y destino en el Reino Unido fueron cancelados. Quienes lograron volar a Londres tuvieron que hacerlo sin llevar bebidas, libros o aparatos electrónicos a bordo. En España, más de 30.000 personas se vieron afectadas por los retrasos y las cancelaciones. Páginas 2 a 6