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Crónica:ESCRITO A MANO
Crónica
Texto informativo con interpretación

Códigos de honor y política penitenciaria

Noelia de Mingo, la doctora que mató a tres personas en un hospital de Madrid, sufrió un intento de agresión al ingresar en el psiquiátrico penitenciario de Font Calent para condenados con problemas mentales. Explica Informaciones de Alicante que las presas le gritaron asesina. En cualquier trabajo de campo sobre la pobreza, quienes lo llevan a cabo llegan a la conclusión de que los pobres que han podido prosperar un poco son los que suelen tratar peor a los que son más pobres que ellos. El sociólogo Mark Sennet tiene páginas memorables sobre el tema. En el mundo de la delincuencia también se dan códigos peculiares de conducta. En el caos carcelario se considera como acto de hombría matar a una mujer por honor, en tanto que el violador merece morir a manos de los compañeros de prisión. Pero más interesante que el peculiar código de honor de la delincuencia que se desprende del intento de agresión e insultos a la doctora, es el hecho de que el psiquiátrico se ha quedado sin especialistas en el momento de mayor hacinamiento, con más presas que celdas y un solo funcionario para controlar el módulo con los 130 presos con enfermedades psiquiátricas graves. La política penitenciaria se caracteriza desde siempre por la ausencia de política, salvo que se considere política construir prisiones que no rehabilitan a nadie. El preso, como el pobre, sólo le grita al inferior en desgracia. Las presas de Font Calent, en lugar de insultar a la asesina, deberían gritar protestando por la falta de asistencia psiquiátrica.

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