Un grupo de monjes tibetanos regala a San Sebastián un mandala por la paz
Para el budismo, la compasión es el deseo de liberar del sufrimiento a todos los seres que tienen capacidad de sentir. Tras una semana de trabajo, un grupo de monjes tibetanos entregó ayer al alcalde de San Sebastián, Odón Elorza, un mandala chenresi, una representación geométrica realizada con arenas de colores que simboliza la gran compasión y encierra un deseo de paz.
"Vamos a necesitar muchos buenos deseos como éste y mucha audacia por parte de los políticos para lograr la paz en Euskadi y en todos los rincones del mundo", dijo el alcalde.
El mandala se trasladará en su día al Palacio de Aiete, donde el Ayuntamiento quiere instalar un instituto de derechos humanos. Este proyecto y la construcción de una casa de cultura en los jardines están "paralizados" porque el Departamento de Cultura está tramitando un expediente para declarar el edificio y sus aledaños bien cultural calificado, con categoría de monumento, criticó Elorza.
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