Nunca en domingo
Cuando no había otra alternativa que la única tele existente, la mañana de los domingos era la misa. Por la tarde había un magacín de música, Escala en hi fi, que veíamos como si fuéramos los músicos. El sábado era Informe semanal, el de Erquicia, Leguineche y Rosa María Mateo; seguimos teniendo Informe semanal, ahora a cargo de Alicia Gómez Montano; siempre ha sido ese programa una garantía de que la televisión también es periodismo. Cuando se cumplen cincuenta años de la tele en España, habría que fijarse en programas como éste para contradecir a los que sienten la tentación de maldecir la tele.
Y después de aquella televisión única que nos puso, fascinados, ante la pequeña pantalla, ésta se hizo binaria, múltiple, inabarcable, pero los domingos siguen siendo un día tan vacío en la tele como entonces y como en la vida. El domingo es un día hecho para el paréntesis, y donde ese castigo divino se aprecia mejor es ante el televisor. En Inglaterra, por ejemplo, te levantas y te sientes un adulto; te desayunas con información y con debates, te hacen asistir a sesiones de entrevistas interesantes, largas, profundas y quisquillosas, mientras que aquí la tele te saluda, los domingos, como si fueras un niño.
La mañana sigue siendo aquí una reiteración alevosa de series ya conocidas, de películas de colores desvaídos, de conciertos de ópera y de dibujos animados. Y de misas. Como si en las casas hubiera sólo niños y católicos, la mayoría de las cadenas ponen el piñón fijo de los dibujos animados, se echan a dormir; y nos echan a dormir, o a rezar. En estos tiempos -y desde hace bastante tiempo- animan el domingo con las retransmisiones de las carreras de gran velocidad, sobre todo en TVE y en Tele 5. La audiencia denuncia que hay mucha gente para esos espectáculos, domingueros cuya imaginación se excita gracias a la velocidad ajena. Pero los que no tenemos la ambición de la velocidad seguimos sufriendo la lenta agonía de la semana, esperando que en la mañana del domingo la tele nos despierte con algo interesante.
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