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Un fuego obliga a demoler un edificio protegido del barrio de Salamanca

La policía investiga si el incendio, que no causó heridos, fue intencionado

Un incendio declarado a las siete de la mañana de ayer devoró en apenas dos horas un edificio de cinco plantas (deshabitado y pendiente de ser rehabilitado) en el número 42 de la calle del General Díaz Porlier (distrito de Salamanca). El inmueble data de 1890 y goza de protección urbanística, pero el destrozo fue tal que el Ayuntamiento ordenó su demolición para evitar el riesgo de desplome. La policía investiga si el fuego fue intencionado.

Las llamas se desataron poco antes de las siete de la mañana y pronto crearon una aparatosa humareda que podía apreciarse desde varios puntos del barrio. Algunos vecinos, que avisaron rápidamente a los bomberos, aseguraron que poco antes de percibir el fuego habían visto a "dos personas que salían corriendo" del inmueble deshabitado. Fuentes policiales confirmaron que están investigando la posibilidad de que el incendio fuera intencionado. Agentes de Policía Cientifica tomaron muestras dentro del edificio para comprobar si había alguna sustancia acelerante (combustible) entre los restos del incendio, según fuentes del caso.

No hubo heridos, pero ocho familias del bloque contiguo, el número 40 de la calle, tuvieron que ser desalojadas por los bomberos. A unos les alertó el humo y el olor a quemado que entraba por las ventanas abiertas por el calor de la noche; a otros fueron despertados por los agentes municipales. "El humo entraba por las ventanas y así como estábamos, en pijama, salimos corriendo a la calle. Hasta las nueve y media no nos dejaron volver a casa", relataba Luis Sánchez, vecino del tercer piso.

"Una pantomima"

El edificio siniestrado llevaba más de tres años vacío y "dos años y pico" con un andamio en la fachada, porque, teóricamente, el interior iba a ser sometido a obras de rehabilitación. "Pero por aquí jamás se ha visto a un albañil. Todo ha sido una pantomima. Está claro que lo han quemado para hacer negocio", protestaba un residente mientras observaba el inmueble humeante.

A las ocho de la mañana el incendio ya estaba controlado, pero entonces "empezaron a caerse forjados y muros", según explicó a Europa Press el oficial de bomberos Fernando Macías. "La fachada está absolutamente destrabada, inestable, las vigas de madera están prácticamente perdidas y hay muros que se han caído", agregó.

El jefe del departamento de Intervención de la Concejalía de Urbanismo, Carlos Molina, se desplazó al lugar y, después de recabar datos sobre el estado del edificio, concluyó que la única solución es tirarlo abajo. Las máquinas tenían previsto comenzar la demolición a las ocho de la tarde de ayer, aunque el proceso durará varios días.

Molina confirmó que el inmueble, con fachada neomudéjar e interior de diseño afrancesado, gozaba de protección urbanística. Fuentes de Urbanismo subrayaron que, haya sido o no intencionado el incendio, cuando se reconstruya el inmueble el dueño tendrá que reproducir los elementos protegidos tal cual eran.

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