"Pillé 'El río' en la tele y enseguida me enganchó"

José Manuel Ballester (Madrid, 1960) es pintor y fotógrafo. Utiliza métodos tradicionales para expresar los constantes cambios de la realidad inmediata. Arquitectura contemporánea, edificios vacíos y tonalidades urbanas quedan registrados por sus ojos para luego convertirlos en creaciones propias bajo un estilo que conmueve y asombra. Su obra es parte de la colección del Museo Nacional Reina Sofía y ha sido exhibida en Canadá, Nueva York, Francia, Alemania, Tokio y Colombia. Ha sido ganador del primer Premio de Pintura de la XVIII Bienal de Alejandría y del Premio Nacional de Grabado en 1998.

Imágenes para no aburrirse

Las imágenes son el centro de gravedad de José Manuel Ballester. Con ellas recrea nuevos mundos, como lo hizo Cervantes con el Quijote. "Yo me llevo Don Quijote de la Mancha a una isla desierta. Es un libro que posee una riqueza interminable en su argumento. Las imágenes que te da cuando vas descubriendo sus capítulos son como cuadros perfectamente acabados". Las aventuras de Sancho y Quijote permiten al artista enriquecer su imaginación y regresar a sus inicios en la pintura: romanticismo y autores clásicos. Es una obra que le brinda libertad en el ritmo de la lectura: "Debido a la estructura de la novela, sus capítulos pueden devorarse de forma continua, desordenada o al azar; se puede elegir una historia distinta para cada ocasión. Sus capítulos tienen la suficiente fuerza para ser disfrutados independientemente. Si me llevo este libro a una isla, no habría forma de aburrirme".

Música para aprender

Ballester visitó Siria para hacer algunas fotografías y enseguida su interés por el mundo arabomusulmán se disparó. Nastaran, del grupo Kabul Ensemble, es el CD que el pintor se llevaría a una isla desierta. "Es una selección de pequeñas canciones tradicionales afganas: canciones de amor, de celebración, de banquetes y piezas instrumentales de una gran belleza. El disco pertenece a la colección Ateliers d'ethnomusicologie, del sello Ethnomad. La música es una forma de ampliar el conocimiento de lugares que a veces no puedes visitar. No conozco Afganistán, pero escuchar su música me da una idea. Hay diversas series y colecciones que recogen interpretaciones de las culturas musulmanas y, cuando comienzas a conocerlas, te das cuenta de que hay mucho donde escoger. De Afganistán, y en general del mundo musulmán, nos llegan únicamente noticias de conflictos bélicos y no tenemos información sobre su cultura y sus problemas de fondo. La música es una buena manera de acercarse a su mundo y tener una visión distinta que no te deja indiferente".

La música arabomusulmana tiene coincidencias con los ritmos españoles. "Si escuchas un poco el flamenco te darás cuenta de que hay una influencia muy marcada de la música occidental". Ballester presume con orgullo sus tesoros de la música arabomusulmana: "Tengo una colección muy interesante de Yemen, son discos que he ido comprando poco a poco. Al final, la música te informa y te documenta".

India como escenario

Hace dos años, José Manuel Ballester vio una película en la televisión que lo dejó fascinado yse convirtió en una de sus favoritas: El río (1951), de Jean Renoir. "Pillé la película en la tele y enseguida me enganchó. He intentado verla en cine, en la Filmoteca, pero aún no lo he logrado. Es una gran metáfora de la vida a través de la constante presencia del río Ganges y de la sociedad india. La película permite al espectador descubrir una visión más universal de la existencia y reconocer cómo el amor discurre entre la vida y la muerte". Ballester ha viajado por el mundo para tomar fotografías o encontrar fuentes de inspiración, pero aún no conoce India. "Es un viaje para el que todavía no estoy preparado, pero que algún día realizaré. Lo que veo en esta película sin duda me inspira para hacerlo pronto".