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Jóvenes voluntarios de 17 nacionalidades restauran baterías antiaéreas de la Guerra Civil

Vecinos de los barrios que rodean el Turó de la Rovira continuarán el proyecto

Tras años de abandono, han empezado los trabajos para recuperar las baterías antiaéreas que construyó el Ejército republicano en 1937 en el Turó de la Rovira, en Barcelona, para proteger la ciudad de los ataques aéreos fascistas. Tras la Guerra Civil, el complejo se abandonó y posteriormente fue ocupado por barraquistas. Ahora, un grupo de 24 voluntarios de 17 nacionalidades han empezado las tareas de limpieza y acondicionamiento. Los trabajos seguirán en los próximos meses y los encargados de continuar serán vecinos de la zona.

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Los participantes aseguran que encontrarse en un campo de trabajo con jóvenes de otras nacionalidades es una experiencia única. "Me encanta conocer gente de otros países", explica Janka Zlatosová, una eslovaca de 19 años que se declara una entusiasta de la "mentalidad española". Peter Shacour, un palestino de 20 años, dice ser admirador de Barcelona. "Siempre he querido visitar la ciudad", explica. Peter asegura que uno de los aspectos que más le atraen del proyecto es "conservar la historia", ya que "no se pueden olvidar los efectos de una guerra".

La mayoría de los participantes proceden de países de la Unión Europea, pero también hay chicos y chicas de Ucrania, Rusia, Palestina y Corea. Incluso del otro lado del Atlántico: México y Canadá. Los voluntarios estarán en la ciudad las dos primeras semanas de agosto. A las siete de la mañana, el grupo ya está en el Turó de la Rovira, trabajando para acondicionar la zona. A partir de media mañana, el sol brilla intensamente, pero los voluntarios no abandonan sus tareas. La pausa llega al filo de la una. Por las tardes, el grupo visita la ciudad y participa en talleres y conferencias. "Les explicamos qué significó para Barcelona la Guerra Civil", dice Joan Boloix, de la Fundación Escolta Josep Carol, la organizadora del campo de trabajo.

En las tareas de recuperación de las baterías antiaéreas no intervendrán únicamente jóvenes. El proyecto también reclutará, en los próximos meses, a vecinos de los barrios que rodean el Turó de la Rovira: Can Baró, Font d'en Fargas, Guinardó y Carmel. De hecho, la iniciativa nació de la asociación de vecinos de Can Baró.

Todo con un propósito: recuperar un patrimonio que se encontraba en un avanzado estado de degradación. De hecho, las baterías fueron reconvertidas en viviendas por barraquistas durante el franquismo. Una empresa arqueológica asesora los trabajos y también colabora el historiador Josep Maria Contel, que está elaborando un estudio sobre cómo vivieron los vecinos de Gràcia los ataques aéreos y ha recuperado los mapas originales de las baterías.

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