La nueva plaza de toros de Vitoria abrirá sus puertas el próximo sábado
Técnicos del Gobierno revisan las obras, pendientes sólo de detalles
Técnicos de la Dirección de Juegos y Espectáculos revisaron ayer la nueva plaza de toros de Vitoria, cuyas obras ultiman trabajadores de las constructoras FCC y Uruco-Urbasa. Aunque su informe no se conocerá hasta mañana, todo hace presagiar que el coso diseñado por el arquitecto vizcaíno Diego Garteiz se podrá inaugurar el próximo 5 de agosto como había previsto el alcalde de la ciudad, Alfonso Alonso.
Fuentes de Interior precisaron que, salvo que surja algún problema de última hora, "no habrá ningún inconveniente para que se otorgue la licencia" de apertura. Los operarios ultimaban ayer tarde los trabajos de pintura y otros remates, mientras que la edificación fue revisada por expertos de Labein, entidad especializada en certificar obras que trabaja para el Ejecutivo.
Han sido semanas de trabajo a contrarreloj con tal de presentar el nuevo coso para la Feria de La Blanca. Al final, se ha trabajado incluso los festivos, lo que criticó CCOO como posible causa de inseguridad laboral. La revisión de la seguridad de las obras por los técnicos de Osalan no halló ninguna deficiencia. En los últimos siete días se ha retirado la grúa, se han rematado los accesos y se ha cubierto de albero el ruedo, de 45 metros de diámetro.
Las obras de la plaza, que tendrá un aforo de 7.650 espectadores, concluirán con el apisonado del albero en los dos días previos al comienzo de las fiestas. El requisito es indispensable para el festejo que ofrecerán el día 5 los diestros David Fandila, El Fandi; Sebastián Castella y Salvador Cortes con reses de Ana Romero.
Por si acaso, hasta el último momento ha permanecido operativa el viejo coso, que el pasado 25 de julio acogió una suelta de vaquillas matinal y corrida de rejones por la tarde. "Es lo habitual. En otros proyectos como el de Logroño tampoco se derribó el coso antiguo hasta que se inauguró el nuevo", explica Garteiz, quien también dirigió el proyecto de la plaza donostiarra de Illumbe y comenzará en breve a construir la de Illescas (Madrid).
Será el primer capítulo satisfactorio de un proyecto rodeado de polémicas desde sus inicios, la última de ellas, la construcción en la manzana de un edificio de oficinas en lugar de otro de apartamentos tutelados, cambio calificado por la oposición como un claro pelotazo inmobiliario. El proyecto, el primero de entidad urbanística que consigue cerrar Alonso durante sus dos mandatos, ha recibido además las quejas de los vecinos por su envergadura, ya que afectará a los residentes más cercanos.
Si todo sigue el ritmo previsto, las constructoras entregarán en un año un complejo dotado con una plaza pública de 12.000 metros cuadrados que se pretende diáfana para organizar grandes conciertos al aire libre, un aparcamiento, un edificio de 500 metros cuadrados y los espacios bajo grada, sin olvidar el propio coso y un edificio de viviendas.
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