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Las obras en 60 calles de Alicante agravan el caos circulatorio

La oposición alerta de la "mala imagen" que perciben los turistas

El caos circulatorio se ha adueñado del casco urbano de Alicante, donde 60 calles se han visto afectadas por las obras coincidiendo con la época de mayor afluencia turística, según denunció ayer el PSPV. Los socialistas, que calificaron de "inconcebible" que el Ayuntamiento, gobernado por el PP, haya elegido estas fechas para acometer nada menos que 170 actuaciones simultáneas, consideran que los problemas de tráfico proyectan una mala imagen de la ciudad de cara a los turistas.

El concejal socialista Domingo Martín señaló al gobierno municipal del PP como responsable del "caos circulatorio" que "tiene hartos" a los ciudadanos de Alicante. La "falta de previsión" del Ayuntamiento presidido por Luis Díaz Alperi, según apuntó Martín, ha provocado que en una misma semana coincidan 170 obras que afectan a 60 calles, algunas de ellas cortadas al tráfico. "Y todo en el momento de mayor afluencia de visitantes, cuando Alicante recibe a miles de turistas y el tráfico se complica", añadió el edil, que también incidió en las dificultades que encuentran los peatones, "y no digamos los discapacitados", para andar por la calle.

Los socialistas han reclamado de nuevo la creación del Consejo de Movilidad, un organismo que, de haber existido, "habría planificado todas estas intervenciones para que no hubieran afectado de manera tan directa y brutal a uno de los pilares económicos de la ciudad, como es el turismo". Y más teniendo en cuenta que, como recordó el concejal del PSPV, el Ayuntamiento aún no ha puesto en marcha el sistema de pago en las plazas de aparcamiento delimitadas como zona azul en el centro de la ciudad, "que facilitaría la rotación" de los vehículos estacionados.

La ordenanza que regula la zona azul, la ORA, ha vuelto a ser aprobada por el Consistorio cuatro meses después de que la justicia la anulara por contemplar multas superiores a lo permitido. La ORA volverá a aplicarse en unos días y el Ayuntamiento, por fin, podrá cobrar a los conductores que aparquen en zona azul.

El presidente de la asociación de vecinos del barrio del Pla, Basilio García, secundó las críticas del PSPV. "Alicante está que da asco", manifestó en referencia al desarrollo de tantas obras "justo en verano, cuando hay tantísima gente". Más comedido se mostró el presidente de Tele-taxi Alicante, Leopoldo Aparicio, quien admitió que las retenciones de tráfico suponen un quebradero de cabeza para el gremio, "porque con tanto tapón cuesta mucho llegar hasta el cliente", aunque matizando que los atascos "en horas punta" son un problema "de todos los veranos", sobre todo en zonas comerciales como los cruces de las avenidas Maissonave y Salamanca o de Óscar Esplà con Aguilera. "¿Que cómo se solucionaría? No me atrevo a decirlo, eso es trabajo de los técnicos", dijo.

Una plaza "privatizada"

El pasado 19 de julio, el alcalde de Alicante y el presidente de la Generalitat inauguraban ante centenares de vecinos la remodelación de la plaza de Manila, definida por Francisco Camps como "una de las más bonitas de la Comunidad Valenciana". Aquel día, la asociación de vecinos del barrio del Pla ya denunció que las obras estaban inconclusas.

Alperi aseguró entonces que estos problemas se solucionarían. Dos semanas después, el colectivo vecinal opina que tales promesas no son más que una "burla". En primer lugar, la coqueta fuente instalada en el centro de la plaza funcionó el día de la inauguración "gracias a un generador eléctrico alquilado para la ocasión y que al día siguiente desapareció". Ayer, la fuente ya estaba activa, aunque algunos vecinos afirmaron que sólo desde el pasado jueves. La asociación también lamentó que los nuevos contenedores soterrados tampoco funcionen y que permanezcan en la plaza los antiguos, uno de los cuales ocupa la parada del autobús, "que carece de la marquesina prevista en el proyecto". La ausencia de una marca vial en la calle Enrique Madrid y la falta de drenaje de la calle del Pintor Zuloaga son otras de las carencias criticadas.

El presidente de la asociación, Basilio García, considera que la reforma sólo ha beneficiado a los comercios y a los negocios hosteleros que han podido ampliar sus terrazas, pero no a los vecinos. "Es como si la plaza se hubiera privatizado", manifestó.

El dirigente vecinal proclamó que la mayoría del barrio está en contra de cómo se ha resuelto la remodelación de la plaza, aunque casi todos los ciudadanos consultados por este periódico se pronunciaron a favor de la obra. Eso sí, se mostraron muy molestos porque, con la fuente ya en marcha, tanto los niños como algunos adultos, o incluso perros, se sitúan bajo los chorros de agua para lavarse o combatir el calor.

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