_
_
_
_
Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Rupert Pole, actor, marido de Anaïs Nin

Fue el impulsor de la publicación de los diarios eróticos y sin censurar de la autora

Hay relaciones que se convierten en mitos literarios y la de Rupert Pole y Anaïs Nin fue una de ellas. El actor californiano, que conoció a la escritora y feminista en un ascensor en el que saltó la chispa que les uniría emocionalmente para toda la vida pese a su diferencia de edad -ella tenía 44 años, él 28- falleció el 15 de julio tras un ataque al corazón en Silver Lake. Tenía 87 años y fue uno de los dos maridos que la escritora compartió hasta su propia muerte. Pero fundamentalmente pasará a la historia por haber sido el impulsor de la publicación de los diarios eróticos y sin censurar de una autora que ya se había dado a conocer en vida por su defensa de la libertad sexual femenina a través de varios volúmenes de memorias que sin embargo, estaban exentos de referencias directas a sus maridos y ocultaban gran parte del explícito contenido erótico que ella pidió hacer público tras su muerte, ocurrida en 1977.

Pole fue su ejecutor literario y como tal se encargó de supervisar la publicación de cuatro diarios sin censurar, entre ellos el célebre Henry y June en los que la escritora hablaba sin tapujos de sus relaciones con Henry Miller, con el psicoanalista Otto Rank y con su propio padre, el compositor español Joaquin Nin.

Aunque la escritora pasó desde entonces a ser particularmente conocida por su turbulenta relación con el escritor Henry Miller, Rupert Pole fue uno de los dos hombres con quien compartió gran parte de su vida. Cuando se conocieron camino de una fiesta de uno de los herederos Guggenheim en Nueva York en 1947, el flechazo fue instantáneo, según Nin relata en sus diarios. "Era increíblemente atractivo, delgado, con los rasgos faciales y el cuerpo musculoso que suele encontrarse en las estatuas griegas y no en los seres humanos", escribió la autora. A los pocos días Pole la invitó a irse con él a la costa oeste y ella, sin dudarlo, aceptó. Poco importaba que por aquel entonces fuera una mujer casada con el banquero Hugh Guiler. Ella decidió acompañar a su nuevo amante hasta Las Vegas, dando así el primer paso hacia una relación bígama que se prolongaría durante tres décadas.

A su marido neoyorquino le decía tener que viajar a la costa oeste para huir de la presión de Nueva York, mientras que a Pole, con quién se casó en 1955, le decía que tenía que viajar a la ciudad de los rascacielos por razones de trabajo. Aparentemente ambos maridos optaron por aceptar sus mentiras, que crecieron de tal modo que Nin creó un libro de referencias para no meter la pata. Sólo una década más tarde la escritora admitió ante Pole estar casada con otro hombre. La confesión vino provocada por la culpa y la necesidad de divorciarse de él ante el miedo creciente a que el fisco descubriera su bigamia. Aún así Pole y Nin continuaron su relación y cuando ella fue diagnosticada con un cáncer terminal a principios de los setenta, optó por pasar sus últimos días con él y abandonar a su primer marido. No está claro si ella llegó a confesarle a Guiler su relación con Pole aunque según una de sus biógrafas, Tristine Rainer, en su lecho de muerte Nin le pidió perdón a ambos hombres

Pole era hijo de los actores Helen Taggart y Reginald Pole pero tras su divorcio, su madre se casó con Lloyd Wright, hijo del célebre arquitecto Frank Lloyd Wright. Estudió música en Harvard y después comenzó a trabajar como actor en Broadway. Pero tras conocer a Nin optó por regresar a California y matricularse en forestales en la Universidad de San Francisco. De allí se mudó a las Montañas de San Gabriel a trabajar como guarda forestal, adonde también le acompañó la escritora, que no tuvo reparos en limpiar suelos o cuidar a los niños de los vecinos. En 1962 se mudó a una casa en Silver Lake construida por Eric Lloyd Wright, hijo de su padrastro, marcada por el estilo de esa familia de arquitectos y en cuyo jardín japonés Anaïs Nin solía hacer arte con arena.

Tras la muerte de la escritora Pole transcribió uno a uno sus diarios, reunidos bajo el nombre Journals of Love. Pese al éxito de ventas recibieron críticas contradictorias en las que incluso se cuestionaba su credibilidad. Pole negó haber tocado los textos e invitó a los escépticos a contrastarlos con los originales, archivados en la University of California Los Angeles.

Pole y Guiler se encontraron finalmente pocos años después de la muerte de la escritora y mantuvieron una relación amistosa hasta que el segundo falleció, según Eric Lloyd Wright. Es más, tras la muerte de Guiler en 1985, Pole fue el encargado de esparcir sus cenizas en la Bahía de Santa Mónica, donde ocho años antes había realizado el mismo ritual con los restos de Anaïs Nin.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_