Los embalses del trasvase Tajo-Segura rozan el nivel que impide llevar agua a Murcia
La mitad de la reserva de Entrepeñas y Buendía es fango y no se puede utilizar
Los embalses de la cabecera del Tajo se vacían: sólo tienen 265 hectómetros cúbicos de agua, el 10,7% de su capacidad y casi la mitad de la que tenían hace un año. Los embalses se acercan peligrosamente al nivel de los 240 hectómetros, a partir del cual no se puede trasvasar al Segura, algo sin precedentes y cuyas consecuencias serían imprevisibles, ya que más de dos millones de personas de Murcia y Alicante beben agua del Tajo. Además, de la poca agua que queda la mitad es inservible, apenas fango. La sequía sigue cebándose con media España.
Los embalses de los que parte el trasvase Tajo-Segura no mejoran. La sequía sigue haciendo mella en estas dos gigantescas balsas de agua, capaces de almacenar 2.474 hectómetros cúbicos de agua. La media histórica dice que en los embalses entran cada año unos 850 hectómetros de agua. Pero desde octubre de 2005 han llegado 300 hectómetros y en el curso 2004-2005 entraron 364 hectómetros, las cifras más bajas de la historia.
Esto ha hecho que el nivel descienda rápidamente. Si hace un año tenían 426 hectómetros y hace sólo un mes tenían 340, ayer almacenaban 265 hectómetros. Cada semana pierden entre 8 y 10 hectómetros, casi dos de ellos por evaporación. En la última semana han perdido 12 hectómetros.
A este ritmo, como explica el director general del Agua de Castilla-La Mancha, José Fernando Ortega, "en septiembre los embalses pueden rondar la línea roja de los 240 hectómetros". La línea roja es aquella a partir de la cual no se puede trasvasar. Así lo fijó el plan de Cuenca del Tajo de 1999 y lo ratificó la ley del Plan Hidrológico que hizo el Gobierno del PP en 2001. Fue el pacto del entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, con el de Castilla-La Mancha. José Bono. Los 240 hectómetros son la reserva para Castilla-La Mancha y equivale a lo que consume en un año.
Ortega calificó la situación de "dramática más que preocupante". "Es posible que al final del año hidrológico, en octubre, estemos en el límite, y la situación será muy problemática, porque según la ley estaríamos en la situación en que no se puede trasvasar ni para abastecimiento. Ahora no tenemos margen y teníamos que haber sido más prudentes". Castilla-La Mancha insiste en que la situación le da la razón porque desde hace un año pide que se trasvase menos agua.
Si, como parece, se da el caso, la situación sería más que problemática. Más de dos millones de personas de 71 municipios de Alicante y Murcia beben agua del Tajo. En el último año se han trasvasado 200 hectómetros al Segura, que se encuentra al 14% de su capacidad.El presidente de los regantes de Murcia, Francisco del Amor, explica la gravedad de la situación: "En octubre no habrá agua ni para beber. Si llegamos a los 240 no se puede trasvasar y entonces no sé qué harán".
Fuentes de la Confederación hidrográfica del Tajo explicaron que "los embalses están cumpliendo las previsiones de la última reunión de explotación del trasvase Tajo-Segura".
Desde 1995 no se da una situación similar. Entonces, el Ministerio de Obras Públicas que dirigía Josep Borrell aprobó un trasvase que dejaba casi vacíos los embalses de cabecera a costa de enfrentarse al Gobierno castellanomanchego de Bono.
Los regantes de Murcia han comprado agua a los de Madrid, pero ese volumen cuenta como trasvasado, según el decreto-ley de 2005 que aprobó el Gobierno para permitir estas compras de agua. Es decir, no computa como usado en Madrid, como querrían los regantes de Murcia, ni baja la línea roja de los 240 hectómetros.
Para empeorar el problema, de los 240 hectómetros de reserva para Castilla-La Mancha, 119 no son utilizables. Son el llamado "embalse muerto", un agua de muy mala calidad, mezclada con fango y lodo e inservible porque está debajo de la boca por la que sale el agua.
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