Atrapados en el interior de los aviones

El paro ilegal de los trabajadores de Iberia atrapó a centenares de personas en el interior de sus aviones. Algunos de los aparatos de Iberia que a primera hora de la mañana tenían previsto alzar el vuelo lo pudieron hacer con algunos retrasos. Sus pasajeros fueron afortunados porque, ya alrededor de las nueve de la mañana, todos los vuelos de la compañía se quedaron el tierra, algunos con el pasaje en su interior.

Unas tres horas de media fue el tiempo que los pasajeros atrapados en los aviones tardaron en llegar a las terminales, Y entre ellos los había tanto de los aviones que pretendían despegar como de los que acaban de aterrizar en El Prat, que, al no disponer de los servicios de tierra, tuvieron que esperar también en el interior de los aviones a que alguien se dignara sacarles de los aparatos. En el interior, algunos sacaron sus móviles y llamaron a las emisoras de radio para dar a conocer su particular odisea.

Una de las personas que padecieron en sus carnes la huelga fue el consejero de

Relaciones Institucionales de la Generalitat, Joan Saura (ICV), y su esposa, la tercera teniente de alcalde de Barcelona, Imma Mayol, que se vieron atrapados en un avión durante más de tres horas el día que inicaban sus vacaciones. Saura y Mayol tenían un vuelo previsto para las siete de la mañana de ayer y embarcaron en el aparato una horas más tarde. No obstante, el avión no pudo despegar por el paro y los pasajeros tuvieron que pasar tres horas y media dentro de la nave.

Saura, crítico

Una vez en la terminal, entrada ya la mañana, Saura señaló que lo ocurrido ayer en el aeropuerto de El Prat era la "demostración" de que el traspaso de la gestión de las instalaciones aeroportuarias a la Generalitat era "necesaria". El líder de Iniciativa se mostró muy crítico con la "huelga salvaje", así calificó el paro no anunciado. Mayol, por su parte, aprovechó la ocasión para poner "un diez" a los pasajeros por la paciencia demostrada, pese a que "han visto [por ayer] sus proyectos vitales" truncados por culpa de una protesta que les era totalmente ajena.

Otra muestra de pasajeros prisioneros fueron dos chicos italianos que regresaban a Milán tras pasar unos días con su amiga, Elettra Granata. Ésta explicaba que ambos estuvieron "desde las 8.00 hasta las 10.30 montados en el avión sin que les informasen de nada". Cuando finalmente pudieron bajar, se percataron de que "no les devolvían las maletas y ni siquiera les informaban de dónde estaban sus pertenencias".

Una pasajera del vuelo de Spanair que debía despegar desde Madrid hacia Barcelona a las 9.30 relató que el comandante les avisó de que estaba a la espera de confirmar si podrían aterrizar en El Prat debido a una huelga. Tras una hora en la nave, les informó de que debían bajar y dirigirse a las oficinas de la compañía. Allí se les ofreció el reembolso de sus billetes o un transporte alternativo hacia Barcelona.