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Crítica:FESTIVAL GREC | Sol Picó
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Broche de danza galáctico

Las actuaciones de danza de la presente edición del Grec terminaron este fin de semana con la presentación en el anfiteatro de Montjuïc del último espectáculo de la sorprendente bailarina y coreógrafa Sol Picó. El montaje, que se estreno la noche del viernes, se titula La prima de Chita y es una reflexión sobre las preguntas que amenazan diariamente al ser humano, tales como: ¿qué hago realmente en la vida? o ¿hacía dónde me dirijo?, por citar dos. Preguntas que la Picó sirve a través de una estética de La guerra de las galaxias y en clave de comic. La mejor virtud de este espectáculo es que está concebido para el espacio escénico donde se ha estrenado y bailarines, músicos y escenografía se acoplan al Teatre Grec como si formaran parte de sus paredes y vegetación. Ni por un momento la obra se empequeñece por la personalidad del marco.

La prima de Chita

Dirección y coreografía de Sol Picó. Dramaturgia y dirección teatral de Txiki Berraondo. Música original de Mireia Tejero. Vestuario de Valeria Civil. Escenografía de Kike Blanco. Teatre Grec, Barcelona, 21 de julio.

En la actualidad los éxitos de los libros de auto ayuda, de películas como ¡Y tú que sabes! de Mark Vicente y la proliferación en nuestra ciudad de centros, bajo diferentes filosofías, en que se ayuda a la gente a encontrar la esencia de la vida, también inquieta a los artistas. Conocer y dominar el lado oscuro de cada uno está de moda y Sol Picó no es ajena a esta corriente. Así invita al público en La prima de Chita a un viaje hacia la luna para descubrir la anhelada verdad.

A través de un lenguaje vital y agresivo en ocasiones, en que el gesto distorsionado produce un baile convulsivo e inquietante la Picó introduce al espectador, por los meandros del subconsciente humano, meandros turbadores que llevan al público a un viaje intenso pero inconexo. Los bailarines David Climent, Livio Panieri, Lola López Luna, Maribel Martínez, Virginia García y Ricardo Salas, éste último el magnífico bailarín del grupo Erre que Erre, realizan una entregada interpretación; sin embargo, el énfasis en el gesto exteriorizado y en subrayar los efectos escenográficos tiñen al baile con una espátula de vacío y superficialidad. Esta propuesta, que en principio resultaba interesante, queda engullida por los efectos ópticos, que aunque son hermosos los hemos visto en numerosas ocasiones de mano de otros coreógrafos, como por ejemplo, el fragmento en que los cuerpos desnudos de los bailarines se pegan a los muros de la escenografía.

Como era de esperar, la Picó salió con sus zapatillas de punta rojas y realizó dos pequeñas intervenciones. El solo que tanta fama le dio en Bésame el cactus (2000), no ha faltado desde entonces en sus posteriores creaciones. En esta ocasión, además lleva incorporada en la espalda unas enormes alas negras, y no queda claro si es Mefistófeles o un murciélago de otra galaxia.

Punto y a parte merece la magnífica música original de Mireia Tejero, que al saxo interpreta en directo junto a Krishoo Monthieux (percusiones), Dácil López (voz) y Ivan Santaeulària (piano).

Al final de La prima de Chita aparece en escena un enorme gorila de metal y articulado. No es una sorpresa para el público, pues su imagen se ha publicitado repetidamente, incluso en el propio programa de mano, lo que resta cierta fantasía a la pieza. Con lo sexy y rubia que es Sol Picó, se echo de menos una escena con el gorila tipo la de Jessica Lang con King Kong.

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