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Reportaje:TEATRO

13 Rue de La Paloma

Javier Vallejo

La Paloma esquina Calatrava o 13 Rue del Percebe? La casa donde Marina Bollaín sitúa su versión actualizada de La verbena de La Paloma no tiene fachada. Sus inquilinos están expuestos a la curiosidad pública. En el bajo izquierda hay una peluquería con el secador verde fosforito de Los Supersónicos. En el bar de la planta primera, se agolpa la vecindad entre taburetes de diseño. Hilarión tiene la botica en el segundo izquierda: está enseñando a su amigo Sebastián a usar los palos de golf... contra los botes de medicamentos. Corre la fresca en los áticos. La mesa de dirección, instalada en la segunda fila de butacas del antiguo cine Bristol, queda blanca y vacía. Bollaín ensaya sin apearse del escenario. Da instrucciones a los personajes. A José Antonio López, protagonista masculino, le dice: "Julián, no seas irónico. Tú encaras el problema: vas de frente". Julián, que acaba de encontrar a Susana, su novia, en compañía de un rival, le pregunta a ritmo de habanera: "¿Dónde vas con mantón de Ma-ní-la, / dónde vas con vestido chi-né?". La directora ha organizado de manera sorprendente este dúo, cumbre del teatro musical español. Mientras Julián ataca la primera estrofa, Hilarión entrega a Susana un círculo de tela autoadhesiva que ella pega en su vestido rojo. Este juego se repite durante cada réplica y contrarréplica, hasta que, su vestido cubierto de lunares, Susana queda lista para salir de jarana.

El Hilarión de Bollaín (David

Rubiera) no es el viejo verde original. Tiene la edad de Julián. Cuando éste se va a por él, se defiende lanzándole patadas a la cara. Su pelea es entre pares. Los inquilinos se suman a voz en grito, se echan a la calle. Visten de hoy. "Hilarión ha heredado la farmacia. Es un nuevo rico con mal gusto", comenta la directora. "A Julián lo he hecho butanero. No es un buen partido: con el gas natural va a perder el trabajo. Y la tía Antonia es un peluquero". Estos cambios no son porque sí. "El elenco berlinés con el que estrené esta producción, en 2002, era muy joven. Como la tesitura de la tía Antonia es de barítono, le di el personaje a un barítono: pero su carácter e intenciones permanecen. El peluquero intenta que Casta y Susana salgan con quien más dinero maneja. Quiere lo mejor para ellas".

La intención de Marina, hermana de la actriz Icíar Bollaín, es poner La verbena de La Paloma a fecha de hoy. "Es un cuadro costumbrista, una historia de fiestas populares, celos y clases sociales que sigue viva en lo esencial, aunque ahora la verbena se celebre con orquesta en vez de organillo". En el cuadro final, huérfano de partitura (el libreto de Bretón dice: "El piano de manubrio toca varias piezas", sin indicar cuáles), Bollaín recurre a una orquesta como la que sonará la noche del 14 de agosto en la verbena de La Paloma real. La Orquesta Graffiti interpreta Dos gardenias, La bomba y una rumba de Lolita. No es un salto al vacío: en otros montajes de La verbena de la Paloma sonaron bailes de moda, al organillo.

La directora ha cambiado el

título original por Noche de verano en la verbena de La Paloma, y ha redistribuido algún diálogo, pero su espectáculo es fiel al sainete de Bretón. Quizá lo más novedoso sea que traslade la acción de la plaza pública al interior de un edificio: "En verano, en España se vive en la calle, la calle es la casa común. Si esto es así, ¿por qué no invertir los términos y hacer de la casa una calle?".

En el espectáculo no hay entradas ni salidas. Los personajes se ocultan detrás de las persianas: rojas, verdes, azules, amarillas... Con todas echadas, el edificio parece de juguete. Cuando se ilumina a contraluz, las siluetas de los cantantes del Coro de la Comunidad de Madrid se agigantan. Las descorren para bailar mecánicamente las seguidillas: "Por ser la virgen de la Paloma", con coreografía sencilla y pizpireta. Suenan de miedo. Después, Julián y Susana vuelven a pelearse, todos se suman al jaleo, y el guardia municipal los separa: "Ustedes por aquí, vosotros por allá...". El 30 de julio, esta Verbena... será la primera obra del género chico en pisar el nuevo Teatro Auditorio de San Lorenzo de El Escorial.

Noche de verano en la verbena de La Paloma. Festival de San Lorenzo de El Escorial. Del 30 de julio al 1 de agosto.

Marina Bollaín, en un ensayo de 'La verbena de La Paloma'.
Marina Bollaín, en un ensayo de 'La verbena de La Paloma'.LUIS MAGÁN

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Sobre la firma

Javier Vallejo
Crítico teatral de EL PAÍS. Escribió sobre artes escénicas en Tentaciones y EP3. Antes fue redactor de 'El Independiente' y 'El Público', donde ejerció la crítica teatral. Es licenciado en Psicología, en Interpretación por la RESAD y premio Paco Rabal de Periodismo Cultural. Ha comisariado para La Casa Encendida el ciclo ‘Mujeres a Pie de Guerra’.

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