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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Viajes inciertos

La emigración más bien entendida como un estado mental que como un fenómeno imprescindible para entender el mundo en el que vivimos es el punto de partida elegido por los responsables de la 29ª edición de la Bienal de Pontevedra, encabezados por la comisaria argentina Victoria Noorthoorn. Buena parte de la treintena de artistas seleccionados han realizado piezas especiales para este evento y algunos de ellos se han convertido en inmigrantes ocasionales para realizar en sentido inverso el viaje que sus antepasados europeos hicieron una vez. Creadores de Argentina, Chile, Uruguay y Galicia participan en una muestra que es sobre todo un magnífico escaparate de las últimas generaciones de artistas procedentes del Cono Sur, una región muy alejada de los centros de poder del arte y que tiene menos presencia en los circuitos internacionales que la que merecen la calidad de sus propuestas. La presencia gallega se justifica por la existencia de lazos históricos con los países suramericanos a través, precisamente, de los emigrantes.

29 BIENAL DE PONTEVEDRA

'Off/Fuera. Movimientos imaginarios entre Galicia y el Cono Sur'

Pazo de Cultura. Instituto Valle-Inclán y Facultad de Bellas Artes. Pontevedra

Hasta el 3 de septiembre

Sin embargo, sería un grave error considerar a esta bienal como una simple exposición temática sobre la emigración. En la mayor parte de las obras seleccionadas los artistas han tomado esta referencia como el marco general en el que iban a exponer sus trabajos, sin condicionar de forma alguna sus posibilidades de expresión. Hay quien ha aprovechado la oportunidad para indagar en sus propias raíces y realizar piezas relacionadas con la peripecia migratoria de sus familiares. Es el caso de la argentina Ana Gallardo, que realizó un documental en Granada para poder mostrar a su tío los lugares que dejó atrás hace más de medio siglo, o de la chilena Nury González, que recuerda en una instalación la partida de su madre y de su abuela desde España hacia Chile.

Pese a que la mayoría de los

artistas invitados a la bienal han nacido en las últimas décadas del siglo XX, también están presentes nombres que han ocupado un lugar destacado en el panorama del arte contemporáneo de sus países respectivos. Es el caso del argentino Roberto Jacoby y del uruguayo Luis Camnitzer. De este último se exhibe una de las piezas que merece destacarse por su contenido metafórico y la relación con la temática de la exposición. Se trata de una raíz de árbol que se prolonga imaginariamente a través de miles de lápices negros. De esta forma se hace referencia a las posibilidades de prolongación incompleta que tiene la raíz ya que sus ramificaciones se van debilitando al sufrir el cambio de ambiente. Por su parte, Jacoby plantea al público una experiencia sensorial con un viaje imaginario a través del mundo de lo oscuro que así deviene en espacio de conocimiento y fantasía.

La mirada poética es más que evidente en la obra de la artista argentina de origen chino Aili Chen. Propone una instalación formada por figuras de niñas moldeadas en cerámica blanca que contribuyen a generar un paisaje de ensueño y que despiden una acentuada sensación de fragilidad. Sin duda en ellas está reflejado el recuerdo de las dificultades que la propia artista tuvo que afrontar cuando abandonó su país a una edad temprana para desembarcar en un mundo nuevo y desconocido. Su obra entronca directamente con otra de las propuestas presentes en la bienal, la performance de la uruguaya Cecilia Vignolo.

La idea del retorno, tan familiar para el emigrante, es el núcleo central de las propuestas de los chilenos Pablo Chiuminatto y Josefina Guilisasti y del argentino Patricio Larrambebere. Este último recurre al artificio de asumir la personalidad de cinco presuntos artistas procedentes de la localidad bonaerense de Pontevedra que presentan sus obras en la exposición de la ciudad gallega homónima. Su compatriota Judi Werthein también juega con el concepto del retorno en el espectacular evento que abrió la bienal y que consistió en la aparición de una Virgen de rasgos indígenas sobre las aguas del río Lérez que baña Pontevedra.

Entre las obras que ponen de manifiesto las contradicciones del fenómeno migratorio en nuestros días se encuentra la instalación en DVD del gallego Diego Santomé. En el montaje asistimos a un crucero turístico en el que los antiguos emigrantes europeos se han convertido ahora en turistas embarcados en un viaje sin sentido, con la compañía como sirvientes de inmigrantes africanos y suramericanos. La necesidad de recuperar la memoria y no olvidar nuestros orígenes también aparece en la instalación del chileno Bernardo Oyarzún, que trata de llamar la atención sobre el desgaste físico sufrido por su padre en su país por su condición social de indígena y de paso nos recuerda que uno también puede convertirse en emigrante sin haber salido de su casa.

La necesidad de recordar es

algo que subyace en el gigantesco mural con estructura de cómic realizado por otro artista chileno, Mario Navarro, que alude en esta obra de apariencia intrascendente al drama de los desaparecidos durante la dictadura en el país andino. Navarro considera que los desaparecidos son zombis que no han muerto del todo porque siguen viviendo en la mente de los vivos. La conclusión final es que todos somos en el fondo emigrantes que hemos emprendido un camino con final incierto y que para afrontarlo con éxito debemos aprender de las lecciones del pasado.

'Darkroom' (2005), instalación-'performance' de Roberto Jacoby.
'Darkroom' (2005), instalación-'performance' de Roberto Jacoby.

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