Los trabajadores de la limpieza de Cádiz debaten la desconvocatoria de la huelga

Los trabajadores del servicio de limpieza urbana de Cádiz, reunidos en asamblea, debatían anoche, al cierre de esta edición, la desconvocatoria de la huelga iniciada el jueves tras recibir una oferta de la empresa concesionaria del servicio que, según el presidente del comité, José Soto, "se aproxima" a las demandas de los empleados. Las posturas se acercaron en el segundo día de paros que dejaron acumuladas en las calles unas 300 toneladas de residuos. El Ayuntamiento había comenzado a tomar medidas ayer para reducir los efectos de la huelga.

La peor situación la registró ayer la Plaza San Juan de Dios, frente al Ayuntamiento, donde los empleados de la limpieza protestaron por la mañana para reclamar que sea atendida su demanda de subida salarial. Los manifestantes arrojaron bolsas de basura al suelo, rompieron papeles e, incluso, levantaron un peculiar árbol de navidad con latas de refresco usadas. Lo hicieron minutos antes de reunirse con representantes del equipo de gobierno, del PP, que les conminó a presentarle una oferta a la empresa con el objetivo de poner fin urgente a los paros.

Los empleados, que protestan por la negociación del convenio colectivo, habían hecho una última propuesta de una subida salarial de hasta el 5% cuando la oferta de la empresa se había quedado en un 4'5%. El gerente de la empresa concesionaria, una Unión Temporal de Empresas (UTE) formada por Urbaser y FCC, Ramón Sambade, había calificado esta petición de "muy complicada de cumplir". Por la tarde, sin embargo, flexibilizó su postura y aceptó una leve subida salarial, que fue aceptada de buen grado por los sindicatos, a la espera de la respuesta de los trabajadores en asamblea. Este conflicto llega apenas una semana antes de que se haga cargo del servicio una nueva adjudicataria, una UTE compuesta por Sufi y Cointer, lo que, según las partes, ha dificultado las conversaciones.

La alcaldesa, Teófila Martínez, había exigido por la mañana una solución y había arremetido contra los trabajadores. "Los gaditanos no se merecen esta huelga. Es injustificado que hayan pedido una subida de hasta el 9%.", lamentó. El Consistorio había iniciado una campaña publicitaria para criticar la actitud de los empleados, para eximirse de responsabilidad y recordar algunas indicaciones a los vecinos, como que no sacaran las basuras a la calle mientras durara la huelga.

En un bando, se rogaba también a comerciantes y hosteleros que arrojaran sus basuras directamente a una planta de transferencia de residuos sólidos urbanos ubicada en la Zona Franca. También se pedía a todos que separaran el vidrio y el papel, cuyos contenedores especiales podían vaciarse al no estar afectado este servicio por la huelga.

La acumulación de basura, que alcanzó ayer las 300 toneladas, preocupaba al Ayuntamiento. La alcaldesa planteó solicitar a la Junta de Andalucía que se declarara "un problema de salud pública" si no avanzaban las negociaciones. Los servicios mínimos funcionaron ayer a medias. Deberían haber salido cuatro camiones y sólo trabajaron dos, aunque pudieron limpiar zonas especialmente problemáticas como la plaza Ingeniero La Cierva, principal zona de concentración nocturna para el botellón.