El nuevo hundimiento del 'Poseidón'

Wolfgang Petersen se ríe cuando se le pregunta si después de dirigir El submarino (1981) y La tormenta perfecta (2000) todavía le quedaron ganas de volver a meterse en el agua para llevar de nuevo a la gran pantalla la novela La aventura del Poseidón, de Paul Gallico, de la que hace 34 años Ronald Neame hizo ya una memorable primera versión cinematográfica. Era una época en la que se pusieron de moda las películas de catástrofes, con auténticos clásicos del género como Aeropuerto (1970) y El coloso en llamas (1974). Titanic no llegaría hasta dos décadas después. "Pues sí, no lo había pensado. Es una especie de trilogía acuática, pero creo que con ésta ya tengo bastante. El próximo filme lo rodaré en tierra, délo por seguro", bromea el director alemán, que ayer a mediodía presentó a la prensa en Barcelona Poseidón -que se estrena en España el 26 de julio- junto con cuatro de los principales actores de la cinta, Richard Dreyfuss, Kurt Russell, Mia Maestro y Josh Lucas. De noche, protagonizaron la première con alfombra roja en el cine Coliseum, ante la expectación de numerosos curiosos.

Petersen, que dirigió Poseidón después de rodar otra superproducción, Troya, insistió ante los periodistas en que su último trabajo no es en realidad un remake del la película de Ronald Neame. "Sólo he querido utilizar el punto de partida de la película antigua, cuando la gran ola vuelca el barco. Después ya nada tiene que ver con la versión original, ni los personajes, ni sus historias, ni siquiera la forma de filmar, voluntariamente realista", comentó el cineasta. En cualquier caso, el asunto es idéntico: nos situamos en Nochevieja en un crucero de lujo, de 20 pisos de altura y una capacidad para casi 2.000 pasajeros. Éstos, elegantemente vestidos, celebran la llegada del nuevo año cuando una ola colosal gira el imponente buque y lo deja panza arriba, y la tragedia se ceba en los felices viajeros. Un grupo de ellos, liderados por Kurt Russell, cuyo personaje había sido alcalde de Nueva York después de una carrera heroica como jefe de bomberos -¿un guiño a Llamaradas?-, y Josh Lucas, jugador, pendenciero y ex marino, decide buscar una salida abriéndose camino hacia arriba, entre cadáveres, zonas inundadas y amasijos de hierro, y sale con vida a través de las hélices.

Petersen destacó la dureza del rodaje, en el que hubo que filmar numerosas escenas debajo del agua, y reveló que los actores no fueron doblados. El mejor nadador del elenco, según el director, es Richard Dreyfuss, que interpreta a un arquitecto homosexual y depresivo a quien acaba de dejar su pareja y que, al inicio, está a punto de suicidarse lanzándose por la borda. "Sí, no lo hago mal del todo, debe de ser porque me encanta practicar submarinismo", reconoció el protagonista de Tiburón y Encuentros en la tercera fase, que aseguró que. aparte de eso, le "horroriza" cuidarse. De los cuatro actores, Dreyfuss fue el único crítico con la película: "Le falta barco, le falta agua y le falta enfocar la historia".

"Pesadillas horribles"

Mia Maestro (Diarios de motocicleta, La niña santa y la serie televisiva Alias), en cambio, no lo pasó muy bien en las escenas subacuáticas. Explicó que durante los cinco meses que duró el rodaje tuvo "pesadillas horribles". "Cada día llegaba a casa agotada. Es dificilísimo rodar a 10 metros de profundidad. No se ve nada, el agua está turbia y no sólo tienes que pensar en la interpretación, sino controlar la respiración al mismo tiempo. Nos enseñaron cómo bajar el ritmo de latidos del corazón, pero aun así yo pasaba auténtico pánico, No veía la hora de salir del agua", afirmó la actriz argentina, que tiene orígenes catalanes, ya que su abuela paterna procedía de Reus.

Josh Lucas (Wonderland, Sweet home Alabama) incluso sufrió un pequeño accidente durante el rodaje y tuvieron que coserle una herida que se hizo en la frente. La cicatriz que aún conserva da fe de ello. Además hubo que reconstruirle con cirugía el dedo pulgar. Mejor parece que lo pasó Kurt Russell (Llamaradas). "Sólo había que atender a nuestros dobles cuando nos explicaban cómo debíamos afrontar las escenas debajo del agua, luego todo consistía en hacer lo que ellos y ya está. No era fácil, pero se podía hacer", zanjó.