Penas de tres a siete años de internamiento para seis jóvenes por el crimen de Berga
El Juzgado de Menores número 1 de Barcelona condenó ayer a penas de entre tres y siete años de internamiento en régimen cerrado más otros dos o tres años de libertad vigilada a seis jóvenes por el crimen de Josep María Isanta, que murió apuñalado en la localidad de Berga (Barcelona) durante las fiestas de la Patum de 2005.
La sentencia también responsabiliza a los menores de otros 13 delitos, entre ellos tres homicidios en grado de tentativa, así como diversas lesiones cometidas contra varios jóvenes sin que existiera ningún motivo ni provocación previa. Por esos mismos hechos están acusados otros nueve adultos que en los próximos meses serán juzgados en la Audiencia de Barcelona.
Los incidentes ocurrieron la noche del 27 al 28 de mayo de 2005, aunque la sentencia precisa que "la sucesión de hechos más importantes y graves se produce en un escaso cuarto de hora". La juez recuerda que "el ánimo violento del grupo" ya era evidente desde primera hora de la tarde, cuando empezaron a agredir a puñetazos a las personas que se les cruzaban por su camino y que disfrutaban de las fiestas de Berga. "Nazis fuera de Berga", dice la juez que les recriminaron algunos testigos.
"Violentos y armados"
Alguna de las víctimas les recriminaron su actitud, pero de nada sirvió. "El grupo compacto, extremadamente violento, armado y coordinado", dice la juez, irrumpió en la zona donde se estaba celebrando un concierto "y sin mediar palabra ni provocación inicia en cadena toda una sucesión de agresiones" a un grupo de jóvenes. Tras ser increpados, desaparecieron y advirtieron: "Ahora venimos con muchos más". Unos minutos después, sobre las 0.42 horas, apareció un grupo de entre 20 y 30 personas y al grito de "vamos a matar catalufos" y "canto por mis amigos que van a matar", mostraron una "actitud desafiante, agresiva y violenta", abriéndose paso entre el público y amenazando con navaja a quien se interpusiera en su camino.
La juez detalla que los agresores actuaron "no importándoles acabar con la vida de las personas que allí se encontraban" y que agredieron a las víctimas "sin motivo y haciendo uso de las navajas que llevaban". Según la sentencia, el grupo escogía al azar a una persona, la rodeaba para impedir su huida y la golpeaban con pies y manos en varias partes del cuerpo. Varios de ellos pudieron huir malheridos.
En un momento, el grupo "arremetió toda su violencia" contra Jordi Isanta, que pudo huir auxiliado por dos amigos. Peor suerte tuvo su hermano Josep María, quién intentó sacar a aquél y se convirtió en el centro del ataque. La autopsia determinó que el cuerpo presentaba decenas de contusiones en diversas partes, incluida la nalga, porque fue arrastrado. Y cuatro puñaladas, una de ellas en el corazón.
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