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APUNTES

La Universitat teme la competencia de los centros privados y la bajada de financiación

El plan estratégico de la institución académica advierte también contra la incertidumbre legal

Ignacio Zafra

Los "principales riesgos" que amenazan a la Universitat de València son la competencia de los centros privados, el descenso de alumnos y los recortes en la financiación. El plan estratégico lanzado recientemente por la institución identifica otros peligros: la "indefinición" respecto al mapa de titulaciones; la "incertidumbre" generada por los continuos cambios en el diseño del sistema universitario -los que se han vivido en los últimos años y los que se entrevén en el futuro-, y una cierta percepción negativa que parte de la sociedad tendría de la universidad- y que concretan en un desconocimiento de las capacidades formativas e investigadoras de la institución académica.

Las dos universidades privadas valencianas, la Cardenal Herrera Ceu y la Universidad Católica, son de momento pequeñas, al lado de los grandes centros públicos, y reúnen apenas al 6% del alumnado. Ello podría hacer pensar en una amenaza relativa, en todo caso en un peligro a medio o largo plazo. Pero el equipo de gobierno de la Universitat de València, la más antigua y más numerosa del territorio, hace un análisis diferente.

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"Si te fijas en las titulaciones que ofrecen en la ciudad de Valencia. ¿A quién le hacen competencia?", pregunta el vicerrector de Calidad y Convergencia Europea, Antonio Ariño. "Estamos hablando de titulaciones del área de Ciencias de la Salud y de Educación, las más importantes". Es decir, dos de las ofertas más fuertes tradicionalmente de la Universitat. Son carreras que se sitúan a la cabeza de la demanda en el sistema universitario valenciano pero cuya traducción en matrícula se encuentra con dos obstáculos.

En el caso de Medicina, con el límite legal fijado por el Gobierno, que este curso ha abierto la mano de forma levísima y le ha permitido ofertar 13 plazas más. En el caso de Magisterio el problema es de orden práctico; la institución lleva años tratando de construir una nueva escuela para poder aumentar el número de alumnos matriculados, ya que cada año centenares de aspirantes se quedan fuera. El proyecto de la nueva facultad, que se levantará en el campus de Tarongers, está redactado, el dinero para llevarlo a cabo está pactado y las obras deberían comenzar en los próximos meses.

Dado que ambas han expresado su interés, ¿es verosímil pensar que alguna de las dos universidades privadas pudiera abrir una facultad de Medicina en Valencia? No se puede descartar, contestan en la Universitat, sobre todo si se tiene en cuenta que el CEU ya ha abierto una en otra comunidad gobernada por el PP, la de Madrid.

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La cuestión de la financiación también preocupa en el rectorado de Blasco Ibáñez. De un lado, recuerdan, actualmente se está funcionando con una prórroga del modelo anterior. El nuevo debería aprobarse en 2007, pero hasta ahora la consejería no ha hecho ningún movimiento para empezar una negociación que se prevé larga y complicada. Del otro, los Fondos Feder de la Unión Europea, que han permitido la construcción de numerosas infraestructuras, especialmente las destinadas a la investigación, comienzan a desaparecer "progresivamente" este año; la última ampliación de la UE ha provocado que la Comunidad Valenciana deje de contarse entre las regiones que pueden recibirlos. El vicerrector Enrique Bigné reconoce que ello puede ser un contratiempo, pero recuerda que muchas regiones españolas no recibían los Feder y ello no les ha impedido construir y modernizar sus instalaciones. ¿De dónde han obtenido la financiación? De sus respectivos gobiernos autonómicos.

A ninguna universidad, finalmente, le alegra comprobar que desciende su número de alumnos -entre otras cosas porque es uno de los elementos con los que se calcula la financiación-. Pero Ariño subraya: "Si se toma como referencia los años 80 y 90, una etapa de gran masificación, siempre parecerá que hay menos alumnos", y sin embargo nadie en la universidad echa de menos aquella época. Los grupos actuales, más reducidos, permiten una mayor calidad docente.

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Sobre la firma

Ignacio Zafra
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.

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