Benedicto XVI defiende el valor "insustituible" de la familia tradicional

Benedicto XVI llevó ayer a Valencia su defensa del valor "insustituible" de la familia tradicional, pero lo hizo envolviendo sus palabras en seda. En su primer viaje a España como papa, Benedicto XVI invitó "a los gobernantes" a reflexionar sobre la institucionalización de formas de convivencia distintas al matrimonio católico, pero evitó las referencias explícitas a la situación de España, a pesar de que durante toda la semana, en las jornadas del Encuentro Mundial de las Familias, los obispos se habían manifestado contundentemente contra las leyes españolas.

El Papa, que abandonará hoy Valencia tras oficiar una gran misa, se entrevistó por separado con los Reyes y con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. A esta última reunión se sumó la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega: "Ahora sé que estamos en buenas manos", le dijo a la vicepresidenta en la reunión, que el Ejecutivo español calificó de "cordial". El recuerdo a las víctimas del metro impregnó todos los actos.

La aspereza la puso el portavoz papal, Joaquín Navarro-Valls, que antes de llegar a España mostró su indignación por el hecho de que Zapatero no asista a la misa de hoy.