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Reportaje:

Yoshiteru vuelve a casa 61 años después

Un japonés se encuentra con su familia, de la que se separó en 1945

Cuando en agosto de 1945 la familia Nakagawa tuvo que separarse, Yoshiteru tenía 19 años y su hermana Tomito todavía estaba en el vientre materno. No les dio tiempo a conocerse. Japón acababa de rendirse y la isla en la que la familia japonesa vivía -Sajalin, al norte del archipiélago nipón- había caído en manos rusas. Yoshiteru y su padre se quedaron en la isla, mientras que la madre y los demás hermanos volvieron a Japón. Sin duda, se despidieron con la esperanza de verse pronto. Sólo pudieron hacerlo esta semana.

Sesenta y un años después, Yoshiteru -en silla de ruedas- y Tomito pudieron abrazarse y conocerse por fin, en el aeropuerto japonés de Shin Chitose, cerca de Sapporo, donde el hombre llegó desde la República caucásica rusa de Calmuquia, donde vive. "Estoy tan abrumado por la alegría que no sé cómo expresarla... Nunca soñé siquiera con poder volver a Japón", dijo Yoshiteru al llegar, visiblemente emocionado, según relata la agencia de noticias Kyodo.

Las razones de la separación de la familia y las circunstancias de la vida de Yoshiteru no quedan, en cambio, tan claras. Los Nakagawa se mudaron a Sajalin en 1939. En aquel entonces, el sur de la isla estaba bajo control nipón y en ella vivían unos 400.000 japoneses. "Cuando la contienda acabó, los rusos creyeron que era un soldado y le trasladaron a tierra firme como prisionero de guerra", explicó su otra hermana, Chiba, según Kyodo.

A partir de allí, la pista de Yoshiteru se pierde. Los medios japoneses apuntan que, tras ser liberado, el hombre se casó con una rusa -de la que luego se divorció- y hasta ahora siguió viviendo en Rusia. Fechas y circunstancias permanecen sin embargo en la sombra hasta 2001, cuando Nakagawa se puso en contacto con la Embajada japonesa en Rusia, manifestando su deseo de volver a su tierra natal.

La operación fue dificultada, según el Sajalin Times, por la pérdida de memoria de Nakagawa, que sólo recordaba correctamente su apellido japonés, pero no su nombre. Las pruebas de ADN lograron reconducir a Yoshiteru a sus hermanas Chiba y Tomito, que le creían muerto.

Chiba, con la ayuda de una organización no gubernamental, hizo posible el regreso de Yoshiteru. De momento, está previsto que Yoshiteru se quede en casa de sus hermanas unas tres semanas.

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