Llamar es gratis
La telefonía por Internet revoluciona el mundo de las comunicaciones
En los años sesenta, cuando los españoles viajaban a París en busca de libros, oxígeno intelectual, un poco de cine y de libertad, existía una cabina en los Campos Elíseos, hábilmente manipulada por un ingeniero de telecomunicaciones, a través de la que se podía llamar a España (poner una conferencia, como se decía entonces) por un franco y hablar durante tiempo ilimitado. La leyenda dice que la fila hispánica era enorme. Esta historia resulta ahora difícilmente comprensible, no sólo porque los móviles están a punto de convertir las cabinas en un objeto de museo, sino también porque la comunicación a través del ordenador ha cambiado el panorama de forma radical.
La telefonía Voz sobre IP (siglas en inglés de protocolo de Internet) permite hablar de ordenador a ordenador de forma totalmente gratuita a través de programas como Skype (que ha sido descargado 100 millones de veces en todo el mundo), Google Talk, Voipbuster o Messenger, y desde un ordenador a un teléfono fijo o móvil a precios mucho más bajos que los que ofrecen las compañías tradicionales, en algunos casos, ridículos. Sólo hace falta descargarse e instalar el programa y disponer de una línea de Internet de alta velocidad.
Orin, como tantos otros jóvenes, tiene el ordenador siempre abierto y lo utiliza como un teléfono gratuito para comunicarse con amigos en medio mundo
"Es algo que ha facilitado enormemente las comunicaciones", explica Hugo Orin, estudiante de 23 años que pasó 18 meses en Alemania. Orin, como tantos otros jóvenes, tiene el ordenador siempre abierto y lo utiliza como un teléfono gratuito para comunicarse con amigos en medio mundo (con la posibilidad, además, de la videoconferencia). "En Alemania, prácticamente todas las comunidades de estudiantes disponen de Internet de alta velocidad, entre otras cosas para utilizar el Skype", señala. Y es algo general. En Europa, en las casas de Erasmus hay mugre, botellas vacías, horarios extraños y líneas de alta velocidad. Pero no es algo que se limite a las comunicaciones adolescentes.
Como escribía recientemente el diario francés Le Monde, "según el Instituto de Estudios Audiovisuales, en Europa, en 2011 habrá 250 millones de líneas Voz sobre IP, frente a 25 millones en 2005. France Télécom prevé que entre el 30% y el 40% del tráfico pasará por Internet de aquí a finales del año 2006". Cada vez más empresas se zafan de la telefonía tradicional (y carísima) para sumergirse en el mundo de Skype.
Los teléfonos que, a través de un puerto USB, están preparados para usar la telefonía IP como la tradicional se multiplican en el mercado, al igual que los accesorios que permiten utilizar el mismo aparato para las llamadas a través del ordenador o de la línea tradicional. Cómo Internet mató el negocio del teléfono, tituló The Economist una información sobre el auge de la telefonía a través de la Red. Y no es un asunto que vaya a afectar solamente a la telefonía fija.
La proliferación de las líneas Wi-Fi (Internet a alta velocidad sin cables) y de los miniordenadores PDA o de teléfonos móviles preparados para la comunicación IP permite hacer una llamada gratuita a través de Skype desde Nueva York a Sevilla sentado tranquilamente en un café.
Cuando las ciudades estén cubiertas por líneas de alta velocidad sin hilos -San Francisco encabeza la lista de 300 urbes estadounidenses que han anunciado que quieren ofrecer Wi-Fi a todos sus habitantes-, el teléfono móvil tradicional ya no tendrá sentido. Y la cabina de los españoles de París será, sencillamente, incomprensible.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.