La mejor oferta rebaja un 25% el coste del nuevo cinturón donostiarra

El concurso para adjudicarse las obras de la primera fase del segundo cinturón de San Sebastián, la inversión pública más elevada de Guipúzcoa, ha concitado el interés de 27 constructoras distribuidas en nueve uniones temporales de empresas (UTE). La oferta más barata, presentada por FCC-Brues, rebaja en 47,4 millones (un 24,3%) el presupuesto de salida (195,2 millones). Las obras empezarán en octubre próximo.

El segundo cinturón donostiarra será el nuevo tramo de autopista, de 16,7 kilómetros de longitud entre Lasarte-Oria y Rentería, que bordeará por el sur la capital guipuzcoana y quedará integrado en la A-8. La infraestructura, clave para descongestionar el tráfico que soporta la variante donostiarra, exigirá una inversión global de 317 millones de euros, casi 100 millones más que el coste anunciado por la Diputación cuando en noviembre de 2004 aprobó el proyecto de trazado.

La autopista se construirá en dos fases. A comienzos de octubre próximo comenzarán los trabajos entre Rentería y Astigarraga, de tres carriles y 8,9 kilómetros de recorrido. Bidegi (la sociedad foral que gestiona las autopistas de Guipúzcoa) adjudicará las obras antes de 30 días. Deberá elegir una de las nueve UTE que han concurrido a la licitación. En el acto público de apertura de plicas, celebrado ayer en la sede de Bidegi, se conoció que las grandes constructoras nacionales, acompañadas de empresas locales, aspiran a construir el segundo cinturón.

En el pliego de condiciones para adjudicar los 8,9 kilómetros de la primera fase del proyecto, Bidegi fijó a finales de mayo pasado un precio de contratación de 195,2 millones (22 millones por kilómetro de carretera) y un plazo de ejecución de 36 meses. Todas las ofertas rebajaron notablemente tanto el coste de salida como el tiempo de las obras.

En la apertura de los sobres sellados, la propuesta más barata resultó ser la de FCC-Brues, que está dispuesta a hacer frente a la obra en 33 meses y por 147,8 millones, un 24,3% por debajo del precio de licitación. La segunda baja correspondió a la alianza empresarial entre Corsan Corviam-Obras Subterráneas-Arkaitza-Sarasola, con un coste de 149,8 millones y 29 meses de plazo. Le sigue Ferrovial Agromán, que concurre en solitario, con 155,4 millones y 32 meses. La unión entre Vías y Construcciones-Balzola-Geotúnel propuso 159 millones en 31 meses, y Sacyr-Murias-Otaduy-Campezo licita por 159,9 millones y 36 meses.

También concursan Urazca-Mariezcurrena-Tableros y Puentes-Nortúnel (161,8 millones), el único grupo íntegramente guipuzcoano Altuna y Uría-Moyúa-Amenabar (164,9 millones), Dragados-Sobrino (165,8 millones) y Acciona-Fonorte-Orsa (172 millones). La baja media se sitúa en un 18,23% (159,6 millones). Entre la propuesta más cara y la más barata existe una diferencia de casi 25 millones.

A la hora de seleccionar la mejor oferta, el precio de licitación representa el 40% de la puntuación. El 60% restante se obtiene de criterios subjetivos, como el estudio de la obra, la experiencia de la UTE, los medios humanos y materiales, la rebaja en el plazo, la reducción en la afección al tráfico y la protección al medio ambiente.

La empresa adjudicataria deberá finalizar las obras a finales de 2009. El proyecto contempla la construcción de tres carriles en cada sentido, además de un complejo enlace con la A-8 a la altura de Rentería y, en el otro extremo, el nudo que conectará el segundo cinturón con la autovía del Urumea en Astigarraga. Bidegi tiene previsto sacar a concurso a finales de este año el tronco restante de la autopista, los 7,8 kilómetros que separan Astigarraga de Lasarte-Oria, que contará inicialmente con dos carriles en cada sentido.

El segundo cinturón, que será de peaje -la Diputación no ha concretado cuántos puestos de peaje instalará en su recorrido ni la tarifa que deberán pagar los usuarios-, es una infraestructura pensada para aliviar el alto grado de saturación circulatoria de la variante donostiarra de la A-8. Por este tramo transitan a diario más de 100.000 vehículos, una cuarta parte de los cuales son pesados. Los responsables de Carreteras calculan que, en los primeros años de funcionamiento, el segundo cinturón absorberá 32.000 turismos y 8.000 camiones.