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Reportaje:La mayor tragedia de metro en España

La madre de Violeta es la víctima 42

El fallecimiento de Carmen Garrote causa consternación en Torrent, donde vivía, y en Aldaia, donde trabajaba junto a su marido

Violeta Rius, de 11 años, se quedó ayer sin su seguidora más fiel. Su madre, Carmen Garrote, de 42 años, falleció a mediodía en el hospital La Fe de Valencia al no poder sobreponerse al violento impacto en la cabeza que sufrió en el accidente de metro del lunes, que la sumergió en un coma irreversible. "No ha sido posible lograr su recuperación a pesar de todas las medidas quirúrgico-médicas empleadas", declaró ayer el director del centro hospitalario, Vicente Gil Suay.

Carmen -Maica para amigos y familia- era quien traía y llevaba a Violeta al club de gimnasia rítmica de Aldaia, disciplina de la que la pequeña es toda una promesa, no sólo en el ámbito autonómico. En los pasados campeonatos de España consiguió la cuarta plaza en la categoría benjamín. "Madre e hija estaban muy unidas", recordaba ayer un familiar, "se había implicado mucho en la actividad de Violeta", hasta el punto de ingresar en la directiva del club de gimnasia de su hija para apoyarla.

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Pese a ser de Torrent, la localidad que ha acumulado un mayor número de fallecidos (20), la muerte de Carmen también se ha dejado sentir profundamente en Aldaia. No sólo por su implicación en el club de gimnasia, sino porque tanto ella como su marido, Gregorio Rius, trabajaban en este pueblo situado a unos cuatro kilómetros de Torrent. El padre de Violeta es el director de la residencia comarcal L'Horta, un centro de protección de menores de seis a 16 años de la Generalitat valenciana. En la residencia, él era el jefe de Carmen, psicóloga y una de los ocho trabajadores que integran la plantilla de educadores. Accedió como funcionaria interina y ahora trataba de sacarse la plaza. "Estaba muy centrada en las oposiciones", apunta una persona próxima al centro. Había aprobado recientemente el primer examen y estaba preparando el segundo, que se celebrará en las próximas semanas. "Están todos hechos polvo", comenta esta persona cercana a sus compañeros, "un centro de este tipo es un lugar muy especial y las vivencias son muy intensas". "Son lugares en los que crías a niños, estás todos los días con ellos, a todas horas, sábados y domingos, el día de Navidad, Reyes, vacaciones... No es difícil hacerse una idea de las relaciones afectivas tan estrechas que se establecen no sólo entre los educadores y los niños, sino entre todos ellos y el resto de trabajadores, las cocineras...".

La tarea de confortar a Violeta, que ha mejorado notablemente y está fuera de peligro, recaerá por entero en Gregorio, que también tendrá que decidir el momento y las palabras adecuadas para decir a su hija que ha perdido a su madre. Lo que probablemente le evitará es el relato del sufrimiento del primer día, cuando la dieron por muerta.

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Desde que se produjo el accidente, que sorprendió a ambas pasadas las 13.00 cuando volvían a casa después de una mañana de compras por Valencia, hasta las 21.30, sus familiares no supieron nada de Carmen. Violeta fue rápidamente evacuada y trasladada al hospital La Fe, al que llegó con un traumatismo craneoencefálico grave. Allí estuvo acompañada en todo momento por su padre. Durante estas ocho horas y media de incertidumbre, el primo de Gregorio y las hermanas de Carmen se dedicaron a buscarla por los cuatro hospitales de la ciudad en los que se trataron los 47 heridos, sin que figurara en los listados. "Estábamos en el Instituto de Medicina Legal de Valencia, esperando la identificación de alguno de los cadáveres, cuando nos comunicaron que se encontraba en el hospital Doctor Peset", recuerda el familiar. De allí la trasladaron a La Fe para estar junto a su hija. Desde el principio, la familia ha sido consciente de la gravedad de las heridas. "Los médicos nunca nos engañaron, sabíamos que se encontraba muy mal, pero siempre te aferras a la mínima esperanza para evitar pensar en lo peor". Ahora, junto a Violeta, la prioridad es su hermano Gregorio, de 12 años. "Sus primos están tratando de protegerlo de toda la procesión de gente que viene a ver a la madre", comenta su tío, "aunque le esperan días duros".

Además de Violeta, en La Fe, el hospital General y el Clínico quedan otros siete pacientes ingresados. Una está muy grave y los seis restantes graves.

Un hombre saca a Violeta del metro después del accidente del lunes.
Un hombre saca a Violeta del metro después del accidente del lunes.REUTERS

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