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El presidente de los obispos asegura que "la sociedad española está moribunda"

Las "leyes injustas" del Ejecutivo no deben ser obedecidas, afirma el vicepresidente

Los españoles están acobardados, narcotizados, miedosos. Es el diagnóstico del episcopado, que ayer empezó a calentar el ambiente ideológico en Valencia, en espera de la visita del Papa, este próximo fin de semana, para cerrar el V Encuentro Mundial de las Familias. "La sociedad española está apagada, moribunda, y no se siente responsable de su futuro", opina el presidente de la Conferencia Episcopal y obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez. Su vicepresidente, el cardenal Antonio Cañizares, ve a los católicos acobardados, y les pide que no tengan miedo.

Ayer fue un día de grandes pronunciamientos teológicos y pastorales en el Encuentro Mundial de las Familias, donde se desarrollan tres grandes congresos internacionales (uno teológico-pastoral con cardenales y pensadores de todo el mundo, y dos sobre la juventud y los abuelos) como preparación a la llegada de Benedicto XVI. Pero el interés informativo en la Feria de Muestras de Valencia lo acapararon, en distintos pabellones, los máximos dirigentes de la Conferencia Episcopal Española (CEE), el obispo Blázquez, presidente, y el cardenal de Toledo, Cañizares.

El primero presentó a mediodía un grueso libro de la CEE con las pastorales de los obispos sobre la familia en los últimos años, y en una breve reunión posterior con los periodistas rehusó contestar a preguntas de matiz político en torno a las relaciones Iglesia-Estado. Lo había hecho antes, con creces, en una entrevista al semanario italiano Famiglia cristiana, y las agencias de prensa rebotaban a esa hora sus declaraciones.

Homosexuales y divorcio

"La sociedad ha permanecido más bien indiferente ante las decisiones de Zapatero", dice allí en referencia a las leyes sobre matrimonios homosexuales y divorcio rápido. "Las reformas del Gobierno socialista han sido apoyadas por una pequeña parte de la sociedad, mientras los católicos se han opuesto. El problema es que buena parte de la sociedad no considera que la cuestión tenga una importancia decisiva. Y esa es la señal de que la sociedad española está apagada, moribunda, y no se siente responsable del propio futuro", añade.

Acerca de la visita de Benedicto XVI, el líder episcopal español señala que el presidente del Gobierno "quizá participará incluso en la misa" papal del 9 de julio. "Ciertamente existe una disparidad completa en la visión de las cosas entre el Gobierno español, de un lado, y la Santa Sede y la Conferencia Episcopal, de otro, pero no creo que se reproduzca el enfrentamiento. La Iglesia dirá lo que piensa y Zapatero seguramente escuchará de los labios del Papa algunas cosas sobre lo que ha aprobado el Parlamento español".

Tres horas antes, en su conferencia en el congreso teológico y ante más de 1.000 personas el cardenal Cañizares no había mostrado mejor estado de ánimo ante la situación española. Dijo el vicepresidente de la Conferencia Episcopal: "Hoy la familia no lo tiene fácil para llevar a cabo su cometido porque hay mucho prejuicio y sospecha contra ella. Se piensa que la familia es incapaz de educar, de formar la personalidad de los hijos; se piensa que otras instituciones de la sociedad y aún de la misma Iglesia han de hacer por los hijos lo que la familia no puede hacer. Muchos padres se encuentran hoy desalentados, han dimitido de su labor educadora; y no digamos nada de la transmisión de la fe; se sienten impotentes o piensan que ese cometido lo han de ocupar otros".

El cardenal de Toledo y primado de España también se reunió más tarde con la prensa para expresarse con más contundencia. Manifestó su deseo de que la visita del Papa sirva para favorecer "cambios legislativos" en el tratamiento de la familia en España; reiteró la idea de que las "leyes injustas" que ha aprobado este Ejecutivo no deben ser "obedecidas", y definió el objetivo principal del viaje apostólico de Benedicto XVI: "Confirmar a los peregrinos en el valor, la verdad y la belleza de la familia, y decirles que no están solos".

"Para mí, que soy un hombre de fe, no hay casualidades. Ha sido la Providencia la que ha elegido Valencia como sede del evento", dijo sobre el hecho de que el V Encuentro Mundial de las Familias se vaya a celebrar en España tras los últimos cambios legislativos sobre la familia. Por eso espera que la visita papal sirva, además, para que las familias "estén menos acobardadas de lo que están". Benedicto XVI "va a decirnos que no tengamos temor".

Ricardo Blázquez, en el encuentro de Valencia.
Ricardo Blázquez, en el encuentro de Valencia.EFE

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