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Un manual alerta contra las prácticas sexistas registradas en los medios de comunicación

Hay preguntas que se le hacen a una ministra que nunca se le harían a un ministro. "¿Cómo compatibiliza su vida laboral con la familiar? ¿Ha perdido tiempo para pasar con sus hijos?". Un manual de buenas prácticas, impulsado por la Asociación de la Prensa de Cádiz (APC), alerta de la persistencia del sexismo en los medios de comunicación y lo hace con datos. Sólo en el 20% de las informaciones las mujeres son las protagonistas. Las noticias donde aparecen son menos en número y también en duración, ya que sólo ocupan el 15% del total.

El manual se presentó ayer dentro de las Jornadas sobre el tratamiento de la información desde la óptica de género, que la Diputación de Cádiz ha organizado dentro del Aula itinerante por la Igualdad. Durante cinco sesiones, expertos y profesionales de la prensa han debatido sobre las oportunidades de mujeres y hombres en los medios. Las conclusiones aportadas ayer reconocen ciertos avances pero también una larga lucha todavía hasta alcanzar la plena igualdad. De ahí que la APC haya querido facilitar el camino con una guía que aporta claves y consejos,

El manual tiene tres partes bien diferencias. En la primera de ella, se realiza una visión general de la situación, en la que se expone la persistencia de prejuicios y estereotipos para cuya erradicación la labor de los medios de comunicación se presume como "fundamental". El objetivo es convencer a la sociedad para que elimine esas diferencias.

La segunda parte expone los errores más comunes. Por ejemplo, los que se refieren al vocabulario. Es habitual que se escriba o se diga en los medios la juez o la jefe de policía, cuando ya el diccionario recoge las palabras jueza o jefa. También se incluyen las excusas de los que utilizan estos términos basándose en que antes estas profesiones sólo las ejercían hombres. El manual responde recordando que nunca en los medios se ha dicho el enfermera o el azafata.

También se critica el tono paternalista en las referencias a las mujeres. Algo habitual en crónicas deportivas cuando se alude a equipos femeninos como las chicas o las niñas, algo que no ocurre con los masculinos. Se alerta de comentarios machistas hacia las periodistas, cuando se les da paso o se las presenta como nuestra guapa compañerao nuestra elegante reportera. El manual denuncia la "invisibilidad" de las mujeres que aparecen como protagonistas en menos noticias (sólo el 20%) y de menos duración (el 15% del tiempo). Hay un especial apartado dedicado a la información sobre la violencia de género.

La tercera parte incluye recomendaciones. Entre ellas, la regla de la inversión. Es decir, que el periodista piense si escribiría lo mismo sobre un hombre que sobre una mujer. También se pide que se amplíen las fuentes femeninas, sobre todo, en el caso de expertos consultados. Y, por encima, se reivindica un posicionamiento unánime en contra de la desigualdad, al igual que ya existe contra el racismo o la homofobia.

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