La línea 1 de metro tenía aprobado un plan de mejora de la seguridad

Apenas un mes antes del accidente, la Generalitat había anunciado mejoras de seguridad en la línea 1 del metro de Valencia como parte de un ambicioso programa de mejora, consciente de su estado de abandono. La inversión comportaba un gasto de 431 millones de euros hasta 2010, la renovación de 34 de sus trenes y duplicar la frecuencia de paso. Entre las novedades previstas está la implantación de un sistema de control de velocidad de los convoyes.

La línea más antigua de la red de metro valenciana es también la gran olvidada. Conecta 20 municipios a lo largo de 80 kilómetros y recorre de norte a sur el área metropolitana de la ciudad de Valencia y poblaciones colindantes, a pesar de lo cual entre los usuarios eran frecuentes las quejas por el abandono en que se encontraba frente a las nuevas líneas. Para compensar esta imagen, el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, había anunciado hace varias semanas un programa de adecuación que abarcaba todos los aspectos, desde la accesibilidad, a la atención al cliente, instalaciones eléctricas y comunicaciones, infraestructuras. Pero, además de la renovación de parte de los vagones, entre los objetivos estaban las mejoras relacionadas con la seguridad. Entre éstas se encuentra la implantación de un sistema de control continuo de la velocidad de los trenes de características similares a los ya existentes en las líneas 3 y 5. Otras medidas eran la sustitución del sistema actual de comunicación entre los trenes y los puestos de control "por otro de mejores prestaciones de cobertura y fiabilidad que entraría en funcionamiento en 2006", según la información que difundió la consejería de Infraestructuras, responsable de la red de metro.

También se contemplaba la sustitución de los actuales dispositivos de seguridad para la circulación por otros electrónicos "que simplifican las operaciones a través del ordenador, permiten comprobar movimientos pasados o la conexión vía módem" así como un nuevo control de tráfico centralizado para mejorar la gestión de la circulación.

Todo ello, junto a otros aspectos como la renovación de estaciones, la incorporación de 34 nuevos trenes -por un importe superior a los 215 millones de euros- o la mejora de la vía para reducir "vibraciones y movimientos bruscos", además de permitir un incremento de velocidad hasta alcanzar los 100 kilómetros por hora.

El aumento de plazas, entre 500 y 600 en cada tren, era otro de los compromisos del programa de adecuación. De hecho, la masificación de usuarios en horas punta de esta línea era uno de los caballos de batalla principales de los usuarios.

El aumento de viajeros ha sido continuo en la línea accidentada desde su inauguración en 1988. Sólo desde el año 2000, la cifra de nuevos viajeros ha crecido en un millón y medio hasta llegar a los 19 millones en 2005. En la presentación del plan de inversiones, el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, no trató de forma específica el incremento de pasajeros de esta línea, aunque sí de la red de metro en general. El objetivo que se marcó para todas las líneas era el de alcanzar en los próximos cuatro años los 100 millones de pasajeros, lo que casi multiplicaría por dos los actuales 64 millones.