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Reportaje:Alemania 2006 | Alemania-Italia

El mejor campo, el peor enemigo

Alemania aspira a ganar a Italia por vez primera en un Mundial en su estadio talismán de Dortmund

Ramon Besa

Alemania ha pasado del escepticismo al optimismo en su Copa del Mundo. Tres de cada cuatro aficionados apoyan hoy a Jürgen Klinsmann cuando hace un mes eran menos de la mitad y un portavoz de la federación ya ha anunciado la intención de renovar el contrato al seleccionador.

También el equipo se ha mostrado fiable. Tras un cómodo trayecto, el partido de cuartos ante Argentina fue una prueba durísima. Aunque no jugó bien, forzó la tanda de penaltis y alcanzó las semifinales después de un excelente ejercicio de precisión para un plantel muy renovado, tierno y poco acostumbrado a los grandes retos. La opinión generalizada es que los jugadores sabrán asumir la responsabilidad y responder a unas expectativas tan grandes que hasta los 34 monjes capuchinos de Münster se reúnen los días de partido con los vecinos alrededor de una pantalla gigante para disfrutar con el fútbol de sus héroes.

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Y, por lo demás, la selección juega hoy en su escenario favorito, el Westfalenstadion, campo del Borussia Dortmund, en la cuenca del Ruhr, símbolo del espíritu trabajador y de superación alemanes. Nunca perdió en un estadio talismán (13 victorias y un empate contra Gales en 1977) por la comunión entre la hinchada y el equipo. Futbolistas y seguidores se sienten muy cercanos y el campo es una caja de resonancia tremenda: la ciudad aguarda para hoy a más de 200.000 fanáticos cuando el aforo del recinto es de 63.000. Aunque no juega Wörns, la afición del Borussia se siente especialmente representada por Metzelder, Odonkor y Kehl, sustituto natural de Frings, sancionado con un partido después de agredir a Julio Cruz en la tangana final contra Argentina.

Ya se sabe incluso que los futbolistas se han asegurado una prima de 150.000 euros por alcanzar las semifinales, premio que se doblará si el domingo ganan el cuarto título después de los éxitos en Suiza 54, Alemania 74 e Italia 90. El problema es justamente Italia. No hay peor enemigo que la squadra azzurra. Alemania nunca ha ganado a Italia en una Copa del Mundo: empataron a cero en Chile 62 y Argentina 78 y se impusieron los italianos en la final de 1982 en Madrid y en la semifinal de 1970. El recuerdo del Mundial de México es imperecedero porque ambos equipos disputaron un encuentro legendario por el marcador (4-3), el juego, la categoría de los futbolistas y por la épica de la jornada. El equipo de Riva y Rivera doblegó en la prórroga al de Müller y Beckenbauer, que disputó los últimos minutos con el brazo en cabestrillo por una clavícula rota.

"Los alemanes nos tienen miedo", anuncia Toni después de recordar que en el último amistoso jugado en marzo entre ambos su equipo ganó por 4-1. "Es maravilloso que los pronósticos señalen a Italia como favorita", responde Ballack; "nos veremos en el campo".

Ningún equipo se siente más a gusto con su manera de entender el juego que Italia, encantada de que la suerte del partido se dispute más en las dos áreas que en el medio campo. Más que en el duelo Ballack-Totti, las cámaras están pendientes de los emparejamientos entre Buffon y Klose (el portero sólo ha recibido un gol y, además, en propia puerta y el ariete es el máximo goleador del torneo con cinco tantos) y Lehmann y Toni (el delantero es el pichichi europeo con 31 goles y el guardameta fue la figura contra Argentina). A los alemanes, Klose les recuerda a Müller mientras que los italianos dicen que Toni sigue la senda de Rossi, el artillero de 1982. ¿1982? Un excelente recuerdo para Italia, a la que cuadran todos los números porque últimamente disputa la final cada 12 años: 1970, 1982, 1994 y... 2006.

Marcello Lippi, 23 partidos sin perder, recupera a Materazzi, está pendiente de Camoranesi y aguarda a Nesta para la final. Los italianos se exigen lo que hacen en cada partido. Alemania acepta el reto: no hay mejor lugar para tomarse cumplida revancha de los azzurri que su casa de Dortmund. La semifinal tiene sello de final.

Jürgen Klinsmann, seleccionador de Alemania.
Jürgen Klinsmann, seleccionador de Alemania.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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