_
_
_
_
Reportaje:

Cuatro chicos y un botín

Un adolescente acusado de robar en chalés de El Escorial avisaba a sus compinches de las casas que había vacías en su urbanización

F. Javier Barroso

Una chabola abandonada, ruinosa y llena de suciedad en medio de una parcela llena de matorrales y rastrojos era la guarida de un grupo de cuatro menores de El Escorial, de entre 14 y 17 años, que dedicaban su tiempo libre en robar chalés de la zona de Las Zorreras. El trabajo lo tenían bien organizado. Uno de los chavales, de 14 años y residente en la urbanización Las Suertes, avisaba de viviendas que se quedaban vacías durante la semana. La Guardia Civil les detuvo el pasado domingo con numerosos objetos de valor, escondidos en un zulo en la chabola. Ahora, el menor aseguró a este periódico que ellos no han hecho nada y que los efectos decomisados son de otros ladrones.

La película delictiva de estos jóvenes comienza el pasado 18 de junio, cuando la Guardia Civil recibe hasta cuatro denuncias por robos en chalés de las urbanizaciones Las Suertes y Los Arroyos, en la zona de Las Zorreras. Los agentes comienzan las pesquisas hasta dar con un grupo de cuatro menores, formado por dos españoles, un marroquí y un portugués. Todos han estado detenidos en más ocasiones por delitos contra el patrimonio (robos). "Se han confundido. Yo no he hecho nada malo. Sólo me han cogido tres veces por robar un MP3 [reproductor de música] en el Carrefour y por tirar piedras al tren", comenta el menor de 14 años.

Los amigos usaban una chabola abandonada para ocultar lo que robaban

Los agentes localizaron el chabolo de los menores en la calle del Río, en la urbanización Las Suertes. El domingo por la mañana, sobre las 8.30, acudieron varios coches patrullas a la zona. Instantes antes, los cuatro chavales, que habían pasado toda la noche en el chamizo, se habían marchado, según recordó ayer un vecino de esta zona. Los guardias civiles hicieron una batida por el monte y lograron detener a los presuntos autores, con parte del botín.

Al mediodía regresaron al lugar y comenzaron a registrar el chabolo. En un zulo practicado en el techo, hallaron un televisor, un casco de moto, trajes, tiendas de campaña, varios reproductores de DVD y radiocasetes. "La Guardia Civil se ha liado. Todas esas cosas no son nuestras. Son de otros chavales que sí se dedican a robar por esta zona. Las escondieron allí y nosotros no sabíamos nada", apunta el menor.

Los investigadores del puesto de El Escorial sí que tienen muy claro cómo actuaba la banda de estos menores. Uno de los integrantes, de nacionalidad portuguesa, ha estado ingresado en un centro de internamiento de la Comunidad de Madrid en El Escorial, lo que le ha permitido tener un conocimiento perfecto del municipio. Se ha juntado con otros tres, a los que también les va el delinquir, según fuentes del instituto armado. "El portugués es un tipo muy conflictivo, al que ya lo tenemos muy fichado. Nos ha dado muchos problemas", señalaron fuentes del instituto armado.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Para entrar en los chalés, utilizaban al menor, de 14 años, que reside en Las Suertes. Éste conocía a la perfección qué chalés son utilizados como segunda residencia durante los fines de semana. De ahí que se quedaran vacías durante la semana. La forma de entrar en las viviendas siempre era la misma: escalaban por la fachada y reventaban una ventana. Por allí se colaban y se hacían con todos los objetos de valor. Dos de los chalés robados están en la calle de la Alameda, contigua al chamizo de la banda. Éste se halla en el 111 de la calle del Río. Lleno de colchones cochambrosos y restos de fogatas y suciedad, todavía hay muestras de la última jarana: quedan botellas alcohólicas sin abrir esparcidas por la zona.

Los efectos más valiosos eran vendidos a terceros. Los restantes eran ocultados en el zulo del chabolo hasta que les dieran salida. Como muchos de esos objetos eran muy voluminosos, los guardaban entre unas enormes piedras y unas encinas que hay en la confluencia de las calles del Río y de la Alameda, en la misma urbanización. De hecho, la Guardia Civil encontró aquí el pasado domingo ropa de diversas marcas.

Tres de los menores están tutelados por el Gobierno regional, mientras que el vecino de Las Suertes ha quedado en libertad hasta que salga el juicio. "También nos han metido el robo a una panadería, el de un coche y el de un radiocasete dentro de un vehículo. La Guardia Civil se ha sobrado mucho", afirma el menor. "Yo estuve con mis amigos la noche antes de que fuéramos detenidos con mis amigos en la discoteca móvil de El Escorial", comenta el menor. "Lo que pasa es que nos han querido meter este muerto a nosotros, por la fama que tienen mis colegas. Además, ¿cómo vamos a robar en la misma urbanización donde vivo? La Guardia Civil es muy mala", se quejaba.

Otra prueba de cargo que han aportado los investigadores es que uno de los detenidos llevaba un reloj sustraído en uno de los chalés.

Los vecinos de la zona no opinan lo mismo. Están hartos de que "esos niñatos" se metan durante noches enteras, ponga la música a todo volumen y no dejen de montar un jaleo tal que les impide dormir. Muchas veces han tenido que llamar a la Guardia Civil para poder descansar. "Son unos piezas de cuidado. Están todo el día por la calle y no hacen nada bueno. Eso también pasa porque sus padres se marchan y les dejan días, hasta semanas, solos y sin ningún tipo de control", añaden otros vecinos.

El menor niega en todo momento que haya robado. Reconoce que es un mal estudiante (cursa la ESO), porque prefiere, según narra, el salir y divertirse. "Mis padres no me han castigado ni nada. Sólo me han dado una buena charla, pero, vamos, nada más", comenta mientras sonríe.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_