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Crónica:DE CAMPAÑA CON ROBERTO MADRAZO | Elecciones en México
Crónica
Texto informativo con interpretación

El PRI busca el milagro

El candidato del Partido Revolucionario Institucional, tercero en los sondeos, aún confía en ganar las elecciones del domingo

Roberto Madrazo no acepta el hecho de que las encuestas lo mantengan en tercer lugar en la carrera electoral por la presidencia de México. Llega al final de la campaña del Partido Revolucionario Institucional (PRI) presentándose como el futuro tlatoani (gobernante azteca), protagonizando un ritual en cada mitin político. Desafiante ante las encuestas, que jamás lo han dado como favorito, sostiene que los priístas "vamos a realizar la hazaña de ganar de nuevo".

En cada plaza pública, salón de actos o estadio deportivo le esperan decenas miles de priístas: campesinos, obreros y funcionarios fieles al partido que gobernó a los mexicanos durante 72 años, todos movilizados por un aparato partidista que todavía opera en los Estados gobernados por el PRI. El candidato no descansa: desde aviones hasta camionetas, todo lo aborda para llegar a sus seguidores y convencer a quienes aún no lo son.

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Arropado por las huestes del poderoso y corporativista sindicato petrolero, Madrazo culminó su campaña en Hidalgo, un Estado del centro de México que es bastión del PRI. De pie en el escenario, la mirada distante y seria, aprovechó un segundo de tregua que le dio la ensordecedora música para llevar a su público al éxtasis: "Tenemos el partido más poderoso y mejor organizado, tenemos el partido que logró tener 1,3 millones de afiliados... Somos el partido ganador, el que gobierna en 17 Estados, el que rige el destino de seis de cada diez mexicanos. Por todo esto vamos a volver a la presidencia".

No cabe un alfiler en la plaza de toros de Pachuca, la capital de Hidalgo. Hombres, mujeres y niños, todos aguantaron tres horas bajo el sol para ver al candidato. Para Javier Lugo, un ordenanza del Ministerio de Educación, el día comenzó a las seis de la mañana en la cercana población de Tizayuca. "Nos juntamos con unos vecinos para desayunar tamales y venir. No sé quién pagó el camión ni el desayuno, pero vinimos porque somos verdaderos priístas".

El aparato político priísta no falló. Como convocados por un poder subliminal, a la plaza de Pachuca empezaban a llegar los trabajadores petroleros de la refinería de Tula, varias generaciones de empleados públicos agradecidos, campesinos, todos debidamente uniformados con playeras rojas, gorras del mismo color y pertrechados con "aplaudidores" (tubos plásticos para golpear y hacer bulla) y agua. Algunos afortunados hasta recibieron una pequeña merienda: un refresco, pan, un dulce y una fruta. Afirman que nadie les ofreció nada ni les pagó para estar allí.

"Somos petroleros, somos campesinos, somos obreros, pero sobre todo somos priístas, y vamos a ganar", jura por su madre Roberto Castañeda, un jubilado de la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex). No acepta la posibilidad de una derrota: "Madrazo tiene muchas propuestas, no tenemos miedo a ninguno. No sé de encuestas, sólo sé que vamos a ganar, no tenemos miedo a nada ni nadie". A su lado, un sindicalista escucha y asiente los comentarios de su correligionario; él también tiene claro que "no hay forma de que pierda el candidato, tiene al pueblo de su lado".

El discurso del aspirante priísta no deja títere con cabeza: primero arremete contra el panista Felipe Calderón... "Esa derecha intolerante, que tiene estancada la economía del país, la derecha que no pudo porque le quedó grande la silla presidencial...", y luego despacha a su rival perredista Andrés López Obrador... "Esa izquierda que violenta, esa que paraliza cualquier actividad, es nuestra ruina. Por eso nosotros vamos por el centro, porque por el centro vamos a entrar derechito al Palacio Nacional con el voto de los hidalguenses, por el centro vamos a ganar".

La arenga de Pachuca se repite el mismo día en la ciudad de León, en el Estado de Guanajuato, y en Nuevo León, Estado de Monterrey, donde más de 10.000 priístas acompañaron a Madrazo. Como en los anteriores mitines, el grueso de los seguidores pertenece a algún sindicato o trabajan para los gobiernos locales, o a alguna central sindical campesina. Son el voto duro, el que le dará al PRI entre el 25% y 29% de los votos en las elecciones del domingo, casi diez puntos menos de lo que se espera que cosechen sus rivales, Calderón y López Obrador.

Puede que el PRI no gane las presidenciales, pero sus dirigentes están seguros de que seguirá siendo la principal fuerza en el Senado y que muy probablemente controle diputados. "Nada se hará sin nosotros", dice un dirigente en León, a quien apenas se le oye bajo los incesantes gritos de "brazo con brazo... Todos con Madrazo".

Roberto Madrazo saluda a sus seguidores durante un mitin celebrado ayer en Ciudad de México.
Roberto Madrazo saluda a sus seguidores durante un mitin celebrado ayer en Ciudad de México.EFE

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