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Un recluta que quería emular a su hermano mayor

Naiara Galarraga Gortázar

El cabo Gilad Shalit, de 19 años, empezó el servicio militar hace 11 meses. Eligió prestarlo -son tres años obligatorios para los hombres israelíes- en una unidad de combate. Su padre, Noam, reveló ayer los motivos del chaval. Pese a que físicamente no estaba muy fuerte, explicó, quería servir en la misma unidad que su hermano mayor. Gilad, que tiene nacionalidad francesa además de la israelí, fue secuestrado por milicianos palestinos el domingo al amanecer.

Su padre, nacido en Francia, se dirigió ayer a los secuestradores a través de medios de comunicación israelíes: "Trátenle como a un ser humano. Estamos convencidos de que quienes le retienen también tienen familia e hijos y entienden cómo nos sentimos". Les demandó asimismo que, antes de nada, velen por la salud del joven, que supuestamente resultó herido en el ataque aunque aparentemente no de extrema gravedad, porque cuando se lo llevaron caminaba por su propio pie.

Shalit también tuvo unas palabras para el mediano de sus tres hijos: "Intenta sobrevivir estos difíciles momentos. Esperamos tu vuelta a casa". Además de su padre, gerente de una empresa, le aguardan su madre, Aviva, empleada de la Sociedad para la Protección de la Naturaleza; su hermano, Yoel, universitario de 21 años, y su hermana, Hadas, de 16. Los Shalit son una familia "tranquila e introvertida", según allegados citados por la prensa local. Viven en Mitzpe Hila, en el oeste de la Galilea, al norte del país.

Gilad servía en un tanque en un puesto militar avanzado en el triángulo fronterizo con Gaza y Egipto, una zona muy caliente. Hacia el mediodía, los Shalit fueron informados de que su hijo había desaparecido. Dos horas después sonó el teléfono en el hogar familiar. Era el jefe del Estado Mayor del Ejército, Dan Halutz. Les dijo que tenía información sólida de que su hijo estaba vivo.

Noam está convencido de que Israel hace todo lo que está en su mano por salvarle: "No soy quién para hacer recomendaciones al Gobierno. Hablé con Amir Peretz y estoy seguro de que, como ministro de Defensa, igual que yo como padre, quiere que Gilad regrese a casa".

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Sobre la firma

Naiara Galarraga Gortázar
Es corresponsal de EL PAÍS en Brasil. Antes fue subjefa de la sección de Internacional, corresponsal de Migraciones, y enviada especial. Trabajó en las redacciones de Madrid, Bilbao y México. En un intervalo de su carrera en el diario, fue corresponsal en Jerusalén para Cuatro/CNN+. Es licenciada y máster en Periodismo (EL PAÍS/UAM).

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