Merino iba a los hoteles de los deportistas a extraerles sangre
Los investigadores apuntan a que el hematólogo atendía también a otros deportistas de élite, entre ellos atletas
Los pinchazos teléfonicos hechos por la Guardia Civil a los miembros de la trama del dopaje en el ciclismo revelan que el hematólogo José Luis Merino, uno de los cinco imputados en la Operación Puerto, era la persona que se encargaba de realizar las extracciones de sangre a los ciclistas y conservarla para que los deportistas se la inyectasen en las competiciones. Los investigadores no descartan, a juzgar por los informes que han elaborado, que Merino hubiese facilitado sustancias prohibidas a atletas: "Además de la actividad desarrollada por Merino, éste atendería a deportistas independientemente de su colaboración con el médico Eufemiano Fuentes y que, según las conversaciones grabadas, se relacionarían fundamentalmente con el atletismo".
El sumario no alude a ningún atleta en concreto, pero sí deja entrever que la red operaba en otros deportes. La Guardia Civil sitúa al médico deportivo Fuentes y a Merino entre los cabecillas de la "trama criminal" que supuestamente proporcionó, al menos a 58 ciclistas, sustancias prohibidas y les facilitó transfusiones de sangre con altas concentraciones de oxígeno para que rindiesen más.
Según los investigadores de la Operación Puerto, el papel de Merino en la trama "sería, como especialista en hematología", el de "tratar la sangre" de los deportistas y realizarles "las extracciones y transfusiones de sangre". Tales extracciones las efectúo "en alguna ocasión en las dependencias del laboratorio de Análisis Clínicos Dr. Merino Batres" y, "en la mayoría de las ocasiones, en las habitaciones de hoteles en las que se hospedarían los deportistas en Madrid".
"Desconozco los nombres"
La Guardia Civil preguntó a Merino, tras detenerle, por su papel en la trama y por su relación con Fuentes. Merino reconoció: "Yo he hecho extracciones de sangre a deportistas de élite, pero siempre a través de Eufemiano". Los agentes le inquirieron sobre los nombres de los deportistas, pero él matizó que "los desconocía". "[Para mí, todos] eran números o motes. En las bolsas [de sangre] se anotaba el número y la fecha de la extracción". Al insistirle los agentes por su relación con Fuentes, Merino agregó: "Yo he hecho muchas extracciones, pero en la mayoría de los casos las hizo Eufemiano Fuentes". Aclaró que la mayoría de las extracciones las practicó a deportistas en hoteles y que éstos "normalmente estaban solos".
Merino apuntó que la sangre extraída era depositada en bolsas "de 450 centímetros cúbicos". Según sus palabras, el tratamiento era el siguiente: "Extraída la sangre, se hace su separación o fracción, se desprecia el plasma y se añade sagmanitol [un conservante] para que la sangre llegue a 35 días de conservación. Y, posteriormente, se conserva en una nevera a una temperatura de 4 grados. Antes de llegar al congelador [donde se guardaba hasta que el ciclista la necesitaba para una competición] era entregada a Eufemiano Fuentes", subrayó Merino.
Los agentes están convencidos de que Merino "se amparó en su puesto de Jefe de Sección del Servicio de Hematología del Hospital Universitario de la Princesa para contactar con empresas de distribución de productos sanitarios y centros hospitalarios para la adquisición de los productos relacionados con el tratamiento de la sangre". Recuerdan los agentes que Merino, valiéndose de su posición en el citado hospital, consiguió que tres organismos públicos (el Ministerio de Defensa y los Centros de Transfusiones de Valencia y Sevilla) le facilitasen cajas con cloruro sódico y glicerol para el tratamiento y conservación en bolsas de la sangre extraída a los deportistas.
La Guardia Civil registró a finales de mayo el domicilio de Merino. Allí halló, entre otras cosas, documentación sobre la adquisición de sistemas y productos relacionados con el tratamiento de la sangre. La entrega de esa maquinaría se hizo desde unos laboratorios de análisis clínicos situados en la madrileña calle de Zurbano, propiedad del propio Merino. La factura de esos aparatos la remitió la sociedad Biomedisport Canarias, vinculada a Fuentes, según el sumario.
La Guardia Civil también interrogó a Fuentes. Su declaración fue muy escueta. Le detuvieron justo después de mantener una reunión en un hotel de Madrid con Merino y con el también imputado Manolo Saiz, ex director del equipo Liberty Seguros. La reunión, según los investigadores, era para que Saiz abonase a Fuentes una deuda de 60.000 euros por supuestas entregas de sustancias prohibidas. Fuentes explicó a los agentes: "Había quedado con Manuel [Saiz] y quería también hablar con Merino. Tenía que reunirme [con ellos] para hablar de mi hija (...). Respecto a su relación con Saiz, agregó: "Me ha ayudado mucho y cuando él me ha pedido algún consejo técnico le ha ayudado, pero actualmente no tengo relación con él".
-¿Manuel Saiz tiene alguna deuda contraída con usted?, le preguntaron los agentes.
-No deseo contestar a más preguntas, repuso Fuentes. Y acabó el interrogatorio.
Labarta, socio de Fuentes
Otro de los implicados en la trama, Ignacio Labarta, segundo director del equipo Comunidad Valenciana, actuaba dentro de la red como "socio de Fuentes" y, siempre según la Guardia Civil, habría participado "en la adquisición, distribución de medicamentos y en el trato con los deportistas" que contrataban los servicios de Fuentes.
En un registro practicado en su domicilio fueron intervenidos cuatro envases de Actovegyn, un extracto de plasma bovino, que, "por las referencias realizadas en conversaciones telefónicas", explica la Guardia Civil, "habrían sido remitidas desde Alemania y su destino final sería el cuadro medico del equipo Comunidad Valenciana". Además de estos envases, también fueron aprehendidas "pequeñas cantidades de anabolizantes, algunos de los cuales no están autorizados en España".
Los agentes añaden que la implicación "en el grupo criminal" de Alberto León Herranz, otro de los imputados, "sería como asistente". "Era el responsable de la limpieza del apartamento donde se manipulaba la sangre en la calle de Alonso Cano, número 53 (Madrid), de la reserva de habitaciones de hotel para los deportistas que acudían a Madrid para su tratamiento con Fuentes o Merino y de las entregas de medicamentos y de las muestras de sangre".
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