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Reportaje:Alemania 2006 | Brasil-Ghana

La aventura africana de Carlinhos

El seleccionador brasileño, Parreira, dirigió al conjunto ghanés en los años sesenta y considera que con él aprendió a ser un hombre

Confiesa que jamás soñaba con inventar regates imposibles ni el más hermoso de los goles. Carlos Alberto Parreira, el actual seleccionador de Brasil, era en los años sesenta un joven atípico que nunca quiso ser futbolista ni tuvo condiciones para ello. En cambio, se convirtió en el alumno más aplicado de la Escuela Nacional de Educación Física y Deportes de la Universidad de Río de Janeiro, en la que en 1967 se había diplomado como preparador físico y técnico de fútbol. Impresionado por la figura de Paulo Amaral, preparador físico de la selección brasileña del 58, Parreira obtuvo su primer empleo en el São Cristovão, un modesto club carioca.

Pero su brillante historial académico había llegado al Ministerio de Relaciones Exteriores, que estaba firmando con varios países africanos acuerdos de intercambio de entrenadores para impulsar el desarrollo del fútbol en el continente negro. Al joven Parreira, de 24 años, le ofrecieron dirigir durante un año a la selección de Ghana por un sueldo de cien dólares al mes más alojamiento, transporte y manutención. No lo dudó.

Los jugadores se sorprendían de que compartiera su mesa o sus tiendas de campaña
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Casi cuarenta años después, recuerda conmovido aquella experiencia: "A pesar de las dificultades que pudieran presentarse allí, aquélla era una oportunidad de oro en mi vida. En Ghana sufrí horrores, me sentí solo, con saudade de mi familia. Pero allí también aprendí a ser un hombre y a no tener miedo a las dificultades".

El entonces novato técnico tuvo que lidiar con las precarias infraestructuras del fútbol africano y también con los problemas de adaptación a una nueva cultura. Contrajo la malaria porque desconocía que debía tomar quinina como prevención. Y sonríe al evocar cómo rechazaba gentilmente muchos ofrecimientos, formulados como ceremonial de hospitalidad, para que mantuviera relaciones sexuales con hermanas o mujeres de los mismos hombres que le ayudaban en su trabajo.

En esa época, el fútbol africano era un descomunal misterio por descubrir para cualquier recién llegado. No existían medios para mejorar la paupérrima estructura organizativa, los campos de juego o la metodología de entrenamiento. Acercarse un poco a los cánones del profesionalismo era una utopía. Pero la calidad humana de los ghaneses y su voluntad de progreso conquistaron el corazón de Parreira.

Sus jugadores le llamaban Carlinhos y les sorprendía que un técnico llegado de Brasil compartiera con ellos la mesa en las comidas o las tiendas de campaña que, acondicionadas, servían como vestuarios. En 1968 aquella selección ghanesa perdió la final de la Copa de África ante la de Congo por 1-0.

Parreira también dirigió al Asante Kotoko, equipo de la ciudad de Kumasi, con el que llegó a la final de la Copa africana de clubes ante un club del antiguo Zaire, el TP Englebert. Aquel duelo se resolvió de forma surrealista: el encuentro de vuelta disputado en tierras zaireñas terminó con un empate y una caótica invasión de campo. El árbitro quería resolver quién era el campeón lanzando una moneda al aire, pero los dos equipos acordaron citarse en un tercer partido. Pero nadie avisó al ghanés de la fecha del desempate y los zaireños fueron proclamados campeones.

Parreira logró ahorrar 2.500 dólares en los dos años que estuvo trabajando en Ghana. Los invirtió inmediatamente en un curso para entrenadores que se desarrollaba en Hannover. Todavía recuerda el nombre de todos los jugadores que dirigió. Uno de ellos es hoy el asistente del actual seleccionador, Ratomir Djukovic. Un técnico que en Ghana no pasó por tantas penalidades como Parreira: 19 de sus jugadores actúan en clubes europeos.

Tiene Parreira claro que su experiencia africana le ayudó a madurar y a conocer mundo, pero que su futuro profesional no estaba en África.

Parreira descansa en el banquillo.
Parreira descansa en el banquillo.EFE
El entrenador brasileño (tercero por la izquierda), cuando dirigía a la selección de Ghana.
El entrenador brasileño (tercero por la izquierda), cuando dirigía a la selección de Ghana.

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