Encarcelados 4 de los 7 detenidos por el secuestro de Matadepera

El Juzgado de Instrucción número 4 de Terrassa (Vallès Occidental) decretó ayer el ingreso en prisión de cuatro de los siete acusados del secuestro de una mujer y su hijo de cuatro años, ocurrido el pasado 24 de abril en un lujoso chalet de la urbanización Cavall Bernat de Matadepera (Vallès Occidental).

Los encarcelados son: John F., de 27 años, de nacionalidad colombiana y primo de la víctima; Henry Wiomark, de 35; Patricio H.T., de 29, y Andrés Byron S., de 24 y apodado El chulo, los tres de nacionalidad ecuatoriana. Fuentes de la investigación explicaron que los cuatro encarcelados también están implicados en el atraco violento y a punta de una pistola de fogueo, en una joyería de Viladecans (Baix Llobregat).

Mustapha R., de 32 años y de origen magrebí, ha quedado en libertad con cargos, mientras que los españoles Mercedes G. M., de 39 años, y Jonatan P., de 18, están en libertad y a la espera de ser citados por el juez. Mercedes G. M. estuvo encarcelada por tráfico de drogas y Wiomark tiene antecedentes por malos tratos.

Los presuntos asaltantes se llevaron a una mujer de 25 años y a su hijo y los abandonaron cinco horas después en el maletero de un coche en Cerdanyola del Vallès. Los acusados irrumpieron en la casa entre las 7.00 y las 7.30 horas, aprovechando que en ese rato la alarma siempre estaba desconectada. Al dueño del chalet y al jardinero les ataron las manos a la espalda y les taparon la boca y los ojos. Se apoderaron de todas las tarjetas de crédito, las joyas y de dos coches de la marca Mercedes que abandonaron la misma mañana.

Con las tarjetas extrajeron dinero de dos cajeros automáticos de Cerdanyola y en esas operaciones se registraron imágenes que ayudaron a su detención. Según fuentes cercanas a la investigación, la víctima nunca sospechó que su primo estaba detrás del secuestro. Es más, en un principio se creyó que los cuatro secuestradores, que irrumpieron en la casa eran de origen ecuatoriano, ya que éste fue el único acento que oyeron las víctimas. El primo, que había estado alojado una temporada en la vivienda, no habló para no ser reconocido.