Una mujer cada 25 hombres
Escasa representación femenina en los consejos de administración
Se buscan mujeres y consejeros independientes. Éste debería ser el lema de las cotizadas españolas que quieren ser un ejemplo de buen gobierno corporativo. Sólo el 3,86% de los consejeros españoles son mujeres y los independientes, cuyo número ha crecido en los últimos años hasta representar el 34,4%, han sido muy criticados por ser más cosméticos que reales.
Los consejos de administración de las cotizadas españolas son cosa de hombres. Sólo 50 de sus 1.296 sillas están ocupadas por mujeres, lo que supone un 3,86%. Es decir, que por cada consejera hay casi 25 colegas varones.
El 34,4% de los consejeros son independientes. El nuevo Código de Buen Gobierno endurece las condiciones que éstos deben cumplir
La situación no mejora entre las compañías más grandes, las del Ibex 35, que han abanderado en España el buen gobierno corporativo y que, sin embargo, son casi tan machistas como el resto: sólo 16 de sus 508 consejeros (el 3,9%) son mujeres
siempre según los datos de cierre de 2005 recogidos en los informes de gobierno corporativo.
El Código Unificado de Buen Gobierno, recién publicado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), trata de corregir esta situación al recomendar incrementar el número de mujeres en sus consejos y, en caso de no hacerlo, explicar en el informe de gobierno corporativo por qué la presencia femenina en este órgano es "nula o escasa".
De haber estado vigente esa recomendación al cierre de 2005, la inmensa mayoría de las cotizadas habría tenido que dar explicaciones. De las 35 empresas que forman el Ibex, 24 no contaban en esa fecha con una sola mujer en su consejo, y en otras nueve la presencia femenina se reducía a una única representante.
Las excepciones eran Inditex, con dos consejeras, y FCC, con cinco. La constructora puede servir de ejemplo de otro rasgo que marca el ascenso de muchas consejeras de empresas españolas: sus cinco consejeras son dominicales, es decir, que representan a accionistas de referencia. Cuatro de ellas pertenecen a la familia Koplowitz, entre ellas, la primera accionista, Esther Koplowitz.
Sólo seis de las consejeras del Ibex son independientes.
Cuestión de tiempo
Las empresas suelen aludir a la realidad de la sociedad española para explicar la escasez de mujeres en sus consejos. Puesto que los consejeros tienen una media de edad de 57 años, según el último informe de la consultora Spencer Stuart sobre consejos, y que la plena incorporación de la mujer al mercado laboral se ha producido en las dos últimas décadas, aún es pronto para que su presencia en puestos directivos se generalice. Es, dicen, cuestión de tiempo.
Tanto el Gobierno como la CNMV están empeñados en cambiar la situación. Pero sin prisas y, sobre todo, sin trastocar de golpe la vida de las empresas. El proyecto de Ley de Igualdad, aprobado anteayer por el Consejo de Ministros, puede servir de acicate, pues establece que las empresas que lleguen al 40% de consejeras en ocho años tendrán ventaja en las contrataciones públicas. Éste ha sido uno de los aspectos más polémicos -indignación de la patronal CEOE incluida- y debatidos del texto, cuyo proyecto inicial reducía el plazo para conseguir el objetivo a la mitad.
Pese a la resistencia de las compañías, en los últimos meses se advierte el esfuerzo por nombrar a mujeres para ocupar alguno de los puestos vacantes en sus consejos. Iberdrola acaba de aprobar el nombramiento de la profesora de Economía Inés Macho-Stadler, la primera mujer que entra en su consejo. Acciona también ha elegido una profesora, Belén Villalonga, para estrenarse. En abril, el Grupo PRISA, editor de EL PAÍS, designó a Agnès Noguera, que también se incorporó al consejo de Sogecable tras fallecer su padre.
El otro gran déficit de los consejos españoles, la falta de verdaderos independientes que hagan valer su criterio frente al del presidente de la sociedad, ha mejorado en los últimos años. Al menos desde el punto de vista cuantitativo. Las cotizadas tenían al cierre del último ejercicio 446 independientes (consejeros que no son directivos de la sociedad ni han sido nombrados por accionistas significativos). Esto supone el 34,4% del total de consejeros, un porcentaje que se eleva hasta el 40,7% entre las empresas del Ibex 35 (207 consejeros).
Otra cosa es que los independientes hagan bien su trabajo. Desde el vicepresidente económico Pedro Solbes, al presidente de la CNMV, Manuel Conthe, así como los expertos en buen gobierno, son muchos los que han criticado que algunos de estos consejeros votan al dictado de sus presidentes y en perjuicio de los intereses de los pequeños accionistas. Para dificultar que las empresas cuelguen el cartel de independientes a quienes no lo son, el código de la CNMV ha establecido una decena de condiciones que éstos deben cumplir, como no permanecer en el cargo por más de 12 años; ser nombrados a propuesta de la comisión de nombramientos; no haber sido ejecutivos o auditores de la sociedad ni mantener una relación de negocios con ésta, entre otras cuestiones. En los futuros informes de gobierno corporativo se verán los resultados de esta recomendación, así como si las mujeres han logrado hacerse un hueco en los consejos de administración.
Contratos blindados para más de 400 directivos
Los informes de gobierno corporativo de las empresas cotizadas muestran que al cierre de 2005 había más de 400 directivos (tres cuartas partes de ellos en las empresas del Ibex 35) con cláusulas de garantía o blindaje para casos de despido o cambios de control.
La mayoría de las empresas declara que no informa a la junta general de accionistas sobre dichas cláusulas. Pero eso va a cambiar. El Gobierno planea obligar a las compañías a dar publicidad en los informes de gobierno corporativo a "los acuerdos entre la sociedad y sus cargos de administración y dirección o empleados que dispongan indemnizaciones cuando éstos dimitan o sean despedidos de forma improcedente o si la relación de empleo llega a su fin con motivo de una oferta pública de adquisición", según la redacción dada al anteproyecto de reforma de la ley del Mercado de Valores elaborado por Economía.
Algunas empresas ya dan cuenta del modo en que se calculan las indemnizaciones de sus directivos. La que tiene más ejecutivos blindados es Endesa, que paga tres años de sueldo en concepto de indemnización por despido más uno adicional como pacto de no competencia. Si alguna de las opas en curso sobre la eléctrica triunfase, la renovación de su alta dirección supondría una factura en indemnizaciones del orden de los 70 millones de euros. Otros ejemplos son Telefónica, que tiene una cláusula indemnizatoria consistente en tres anualidades y una más según la antigüedad en la compañía, o Iberia, con dos años y medio de retribuciones fijas más otro año y medio en concepto de pacto de no competencia.
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