El crecimiento hotelero se enfría en Barcelona y su periferia
El sector tiene previsto abrir 36 hoteles en tres años, 20 menos que en el trienio anterior
La expansión hotelera en Barcelona sigue fuerte, pero empieza a dar signos de enfriamiento. El sector tiene previsto abrir 36 hoteles, con 5.090 habitaciones, hasta 2009, lejos de los 56 hoteles, con 6.530 habitaciones, que abrió los tres años anteriores. En el área de Barcelona el ritmo de aperturas también se frena. Los hoteles de cuatro estrellas se imponen al resto; Diagonal Mar ya no es la zona de expansión, que se centra en el Eixample, según datos de Turismo de Barcelona, y los precios se estancan debido a la competencia, aunque no bajan porque el número de visitantes aún crece de forma similar a las plazas.
El Eixample de Barcelona es el territorio preferido para los nuevos hoteles. Casi la mitad de los previstos hasta 2009 -14 en total- se abrirán en este distrito. La segunda zona por la que se inclinan los hoteleros es Ciutat Vella, donde hay proyectos para levantar otros siete hoteles. El resto de los proyectos se reparten por toda la ciudad.
En cambio, la zona de Diagonal Mar y el frente marítmo cercano han dejado de ser el imán del sector. Allí se construyeron una decena de hoteles, al socaire del mayor palacio de congresos que se ha construido en Barcelona. Para los próximos tres años, en la zona litoral e interior que va desde la Vila Olímpica hasta Diagonal Mar hay varios proyectos; dos del grupo Husa, uno del grupo Barceló -al comienzo de la Diagonal- y otro del grupo Habitat.
Por categorías, los hoteles de cuatro estrellas se han impuesto a los de tres, antes empatados con los de cuatro en aperturas. De los 36 hoteles proyectados en los próximos tres años, 19 son de cuatro estrellas y nueve de cinco.
En el segundo semestre de este año se prevé que en la ciudad haya 2.000 habitaciones más. Durante el próximo año, el sector tiene previsto disponer de otras 2.145, y en 2008 y 2009, de 1.700. Pese a la continua apertura de hoteles, la ocupación sigue en cotas muy altas. La ciudad tiene 7.600 habitaciones más que hace cuatro años, pero aun así la ocupación hotelera media de las habitaciones fue el año pasado del 76%, apenas dos puntos por debajo de la de hace tres años. En el área de Barcelona la expansión también se frena. En los últimos tres años se han abierto 29 hoteles y están previstos 20 hasta 2009. L'Hospitalet de Llobregat, El Prat y Badalona son las ciudades donde hay más proyectos.
Detrás de este fuerte crecimiento está el espectacular aumento de visitantes experimentado por Barcelona, que nadie había previsto con esta intensidad. En tres lustros se ha duplicado el número de visitantes que pernoctan en hoteles de la ciudad. Antes de los Juegos Olímpicos, en 1990, los hoteles alojaron a 1,7 millones de visitantes. Tras los Juegos Olímpicos la cifra se disparó hasta alcanzar los tres millones, en 1995. El año pasado fueron cinco millones. Si la ciudad vivía básicamente del sector terciario, ahora todavía más. Los turistas extranjeros gastaron 821 millones de euros en Barcelona, con tarjetas de crédito y débito Visa y Mastercard (véase
EL PAIS del 28 de mayo).
La eclosión hotelera también está beneficiando a los consumidores. Los precios de las habitaciones se han estancado por la competencia y el aumento de las reservas por Internet. "Los precios han caído ligeramente en la periferia y se mantienen en el centro", dice Antonio Marias, director financiero del grupo Gargallo, con ocho hoteles en Barcelona. Marias recalca que en los últimos años las pernoctaciones han subido más que el número de plazas y eso hace que no bajen los precios. "Cuando pase lo contrario, que nadie sabe cuándo ocurrirá, las cosas pueden cambiar", señala este directivo. Aun así, entre 2002 y 2005 el número de turistas se ha incrementado el 28%, y las plazas, el 36%, según datos de Turismo de Barcelona.
¿Dónde está el límite de aperturas? Nadie lo sabe, pero las previsiones son optimistas. "El turismo se ha convertido para Barcelona en una actividad económica estable, que aporta riqueza y notoriedad a la ciudad. No hay ningún factor económico que indique que la situación vaya a cambiar", afirma Pere Duran, director general de Turismo de Barcelona, la entidad participada por el Ayuntamiento y la Cámara de Comercio que se dedica a vender la ciudad para captar turismo.
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