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La A-2 se convertirá en autovía y enlazará la AP-7 y la autopista del Maresme

La antigua nacional II, la actual A-2, se convertirá en autovía y unirá las dos autopistas del norte: la del Maresme, que ahora muere en Tordera, y la AP-7, a la altura de Maçanet de la Selva. El tramo es corto: 8,5 kilómetros, pero la licitación se ha hecho esperar años y años. Ayer, finalmente, el concurso fue publicado en el Boletín Oficial del Estado. El presupuesto de la obra es, de salida, de 2,5 millones de euros e incluye dos enlaces, tres túneles dobles y un falso túnel. La velocidad inicialmente prevista en el trazado es de 100 kilómetros por hora.

El tramo forma parte de un proyecto más amplio que debe llevar a desdoblar toda la nacional II a su paso por la provincia de Girona y hasta la frontera francesa. No obstante, se ha ido encallando por motivos diversos. Aparte de las resistencias locales y de algunos grupos ecologistas, están también las reticencias a que el nuevo tramo provoque el colapso de la C-32 (autopistas del Maresme) debido a que su precio es inferior al de la AP-7 y esto puede llevar al tráfico de paso entre el norte y el sur, o viceversa, a optar por la vía del litoral en vez de la interior.

La C-32 tiene que ser prolongada hacia la costa por el norte y el Ministerio de Fomento ha tenido en cuenta este hecho en la licitación de la obra, según sostiene en una nota hecha pública ayer para dar cuenta de la licitación del nuevo tramo.

Los 8,5 kilómetros de la actual nacional II se convertirán ahora en dos carriles en cada sentido de la marcha, de una anchura de 3,5 metros cada uno de ellos, con arcenes exteriores de 2,5 metros y otros interiores de entre 1 y 1,5 metros, según los tramos.

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