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Reportaje:

Madrid apaga la luz

El Ayuntamiento suprimirá el neón en Centro para ahorrar electricidad y reducir la contaminación

Adiós al neón luminoso. Los paseantes nocturnos del Madrid más céntrico no podrán ensimismarse ya en los colores de los 120.000 rótulos publicitarios iluminados por gases nobles que, hasta ahora, encendían la noche. Casi todos, que han decorado las calles del casco histórico de la ciudad durante los últimos 70 años, van a ser licenciados por el Ayuntamiento en menos de 12 meses. El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, que ayer presentó la nueva Ordenanza Reguladora de Publicidad Exterior, aprobada por el Consistorio en junta de gobierno, argumenta que se trata de reducir la contaminación lumínica, ahorrar energía eléctrica y de adecentar la estética del paisaje visual urbano, sobre todo en el casco histórico de la ciudad.

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El neón de los anuncios de cines, teatros y comercios, incluso el de los rótulos verdes de las farmacias encendidos 24 horas al día, deberá desaparecer. Y ello porque el alcalde y su equipo de Gobierno consideran que el centro histórico de Madrid sufre una sobresaturación publicitaria -la califican de descontrolada- que contamina lumínicamente y derrocha electricidad. Hay que ponerle coto, dicen. La anterior normativa, que data de 2001, ha sido vulnerada de forma reiterada, admite Ruiz-Gallardón.

Para atajar el mal de raíz, la ordenanza establece que los nuevos requisitos serán exigidos desde el arranque mismo de la demanda de licencias publicitarias o de obras. La norma divide la ciudad en cuatro áreas. Establece que una de ellas, la que abarca el casco histórico, será considerada zona especial. Su perímetro se extiende desde la Plaza de la Independencia a la calle de Alcalá, paseo de Recoletos, plaza de Colón, Génova, Alonso Martínez, Sagasta y la glorieta de Bilbao. Prosigue por la calle de Carranza a la glorieta de Ruiz Jiménez; desciende por Alberto Aguilera y, antes de llegar al cruce de Princesa con Marqués de Urquijo, baja por Mártires de Alcalá, emboca la calle de la Princesa, accede a plaza de España, enfila la Cuesta y la glorieta de San Vicente, el paseo de la Virgen del Puerto, la calle de Segovia, la Puerta de Toledo y su ronda, para subir por Embajadores hasta Atocha, glorieta del Emperador Carlos V, paso de la Infanta Isabel y Alfonso XII hasta la puerta de Alcalá. Es la más adensada, con 120.000 de los 200.000 neones de Madrid.

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La contaminación lumínica generada por la ciudad de Madrid ha sido denunciada desde hace una década por asociaciones ecologistas. "El neón ha quedado arrumbado ya de la publicidad y otros procedimientos, basados en el vinilo o el láser, que se abren paso poco a poco", dice una fuente de Ecologistas en Acción, que saluda las medidas "si en verdad llegan a reducir la contaminación y no surge una forma innovada más contaminante aún".

Con suerte, los cartelones que anunciaban Tío Pepe, sol de andalucía embotellado, en la Puerta del Sol y Schweppes, en la fachada circular de un hotel de la Gran Vía, permanecerán en sus respectivos emplazamientos si el equipo de Gobierno municipal decreta su indulto, como ya se hizo antes.

Lonas, cartelas, muestras horizontales y banderines verticales, todos los elementos que soportan la publicidad de comercios y hoteles en las calles del centro de Madrid van a ser reducidos en sus plazos de exhibición y/o tamaños, controlados. Serán erradicados si incluyen neón. También desaparecerán los pequeños avisos en el mobiliario urbano con los cuales un particular se ofrece para dar, por ejemplo, clases de Química.

Se establece una tipología de faltas de leves a muy graves, más un repertorio de multas de entre 750 y 3.000 euros. La autoridad municipal regulará también los contenidos publicitarios: "Se prohibe expresamente la publicidad que atente contra la dignidad de las personas, la infancia, la mujer y la juventud, o aquella que vaya contra la ley de prevención de drogodependencias", señala el texto.

La utilización de vehículos en circulación o estacionados, cuya finalidad sea la transmisión de un mensaje publicitario, quedará prohibida, "salvo que hayan sido autorizados con anterioridad", destaca la ordenanza. Los efectos electorales de las nuevas medidas parecen preludiar futuros contenciosos, ya que la publicidad política no se excluye del texto legal.

Algunos comerciantes, mostraron ayer mismo sus quejas. La nueva regulación reduce los tamaños de los carteles horizontales y verticales con los que muchos establecimientos, desde hoteles hasta ultramarinos, se anuncian desde sus fachadas. Otros comerciantes saludaron las nuevas medidas.

La norma acorta a seis meses como máximo -antes eran seis meses, prorrogables otro tanto- el plazo de exhibición de las lonas cubre-fachadas que tan extensamente envuelven o tapizan numerosas edificaciones andamiadas, en construcción o reforma. De igual modo, se amplía el período de protección de los edificios desde tres a cinco años, mientras que se asigna al Ayuntamiento la facultad de responsabilizar a propietarios o titulares de instalaciones publicitarias de su conservación en condiciones pertinentes de seguridad, salubridad, ornato público o decoro. Igualmente, se aleja de los vecinos la publicidad exterior, doblándose la pauta regulada por la anterior ordenanza, que fijaba su distancia en 15 metros. Además, el tamaño de los anuncios luminosos en coronación de edificios se reduce desde 90 metros cuadrados de superficie a 70 metros cuadrados. La medida se refiere a aquellos enclaves situados fuera del perímetro abarcado por la Zona especial 2, el casco central. En vías de circulación rápida fuera del perímetro histórico, como puede ser la M-40, se reduce un tercio la superficie publicitaria disponible

El punto de débil de la ordenanza recién estrenada es el que se pregunta por quién va a vigilar su aplicación. Paz González, concejal de Medio Ambiente e impulsora de la reforma normativa, remite tal responsabilidad a las Juntas de Distrito. Sin embargo, la magnitud de la indisciplina hasta ahora observada, sobre todo en lo concerniente a las lonas publicitarias -abusiva e ilegalmente perpetuadas sobre fachadas en obras- proyecta pesimismo sobre la eficacia de su futuro control.

Asimismo, una cabal aplicación requerirá dotar de mayor operatividad a los colectivos oficiales que han supervisado la estética urbana, como la Comisión Institucional para la Protección del Patrimonio Histórico, Artístico y Natural, CIPHAN. En ella, Ayuntamiento y Comunidad impiden, en la práctica, fiscalizar algunas de sus actuaciones más polémicas.

La Concejalía de Urbanismo prepara una reforma de estas comisiones. "Mientras no admitan organizaciones ciudadanas, serán ineficaces", dice una fuente del Colegio de Arquitectos.

El anuncio del popular vino fino de la Puerta del Sol integra la fisonomía de la plaza, por lo que sobrevivirá a los intentos de eliminarlo.
El anuncio del popular vino fino de la Puerta del Sol integra la fisonomía de la plaza, por lo que sobrevivirá a los intentos de eliminarlo.EFE

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