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Carolina Molina recorre el Albaicín medieval en una novela

Carolina Molina ha nacido en Madrid, pero parece haberse consagrado como escritora granadina. Después de su primera novela, La luna sobre la Sabika, y de Mayrit, su segundo trabajo, Molina acaba de presentar Sueños del Albaicín, una nueva novela publicada por Roca editorial en la que narra la historia de Saib Ibn Tammim, un joven indomable que deambula por las solitarias calles del barrio granadino desde el que sueña con los palacios de la Alhambra que el sultán Yusuf I ha ordenado levantar. Al enamorarse de Asha, una joven con un lunar en un labio que vive en la casa del Gallo del Viento, se aventurará hacia lo desconocido.

"Se trata de una novela histórica en la que es muy fácil separar lo que es ficción de la realidad", aseguró durante la presentación Molina, que considera que el género debe ser didáctico. "Poco o nada me interesan las novelas históricas en las que no queda claro hasta dónde llega la realidad y hasta dónde la ficción. Creo que están haciendo mucho daño al género. La novela histórica tiene como deber enseñar divirtiendo", asegura.

Investigadora rigurosa, a Carolina Molina se le solapan las novelas. "Esta novela es el fruto de la documentación para la próxima, que tendrá mucho que ver con los descubrimientos romanos del Albaicín". ¿Y de dónde ese interés por Granada? "Desde pequeña me ha atraído la figura de Federico García Lorca. Con 17 años leí La Casa de Bernarda Alba, un libro que me ha orientado mucho". Aquella pasión adolescente por García Lorca llevó a la autora en varias ocasiones a visitar Granada. "Quería conocer su ciudad, el lugar en el que había crecido. Después comprendí que Granada tiene una identidad propia al margen de su ciudadano más universal", añade.

Impacto visual

"Recuerdo que el primer impacto visual que tuve de la Alhambra fue desde el mirador de San Nicolás. Había viajado a Granada con mi marido para recorrer cada rincón de su geografía. Al volver hacia el centro desde el Albaicín paramos en una tetería. Allí nació el nombre de esta novela. El té que tomamos se llamaba así, Sueños del Albaicín".

En su novela, Molina pretende reflejar la existencia de dos mundos en la Granada de la época. "Pensamos en la Alhambra como en un palacio, pero era como un mundo aparte. En realidad, Granada estaba dividida en dos colinas. Una era el Albaicín y otra la Alhambra. Las dos se miran fijamente, sin perder un instante, pero eran mundos muy distintos".

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Carolina Molina se adentra en las claves que abarcan el misterio de la construcción de la Alhambra a través de los hechos históricos más representativos de la época, desde la legendaria batalla del río Salado hasta la peste que asoló Europa a mediados de siglo.

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