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Tropas prorrusas matan al líder independentista de Chechenia

Saiduláyev relevó a Masjádov, muerto en un enfrentamiento con fuerzas rusas en 2005

La guerrilla independentista sufrió ayer un nuevo revés con la muerte del jeque Abduljalim Saiduláyev. Este comandante guerrillero ostentaba oficialmente el cargo de presidente de Ichkeria, nombre con el que los separatistas designan a la república rusa de Chechenia. Saiduláyev, poco conocido fuera del Cáucaso ruso, relevó al presidente electo Aslán Masjádov después de que éste fuera eliminado por tropas especiales rusas en marzo de 2005.

Saiduláyev, de 38 años, pereció en la ciudad de Argún, durante un enfrentamiento que estalló cerca de las 10 de la mañana -las ocho en la España peninsular-, cuando los hombres del primer ministro prorruso, Ramzán Kadírov, golpearon a la puerta de la casa, donde el jeque se encontraba junto con cuatro o cinco personas. El combate duró apenas unos diez minutos y terminó con la muerte de Saiduláyev y de uno de sus guerrilleros. Otros dos o tres chechenos lograron huir en un automóvil.

Kadírov se felicitó por el éxito de la "operación especial", gracias a la cual "los terroristas, de hecho, están decapitados, pues han recibido un golpe del que nunca podrán recuperarse". La verdad, sin embargo, es que el jefe del Gobierno checheno prorruso exagera. El auténtico líder de los separatistas es, en realidad, el legendario y sanguinario Shamil Basáyev, quien sigue vivo y en activo. Basáyev se ha responsabilizado de los más importantes y crueles atentados y ataques terroristas cometidos en Rusia en los últimos tiempos en los que han muerto centenares de civiles inocentes. Desde la toma del teatro moscovita de Dubrovka, en octubre de 2002, hasta el secuestro de más de 1.000 rehenes, en su mayoría niños, en la Escuela Número Uno de Beslán, en 2004, que finalizó con más de 330 víctimas mortales, en su mayoría niños. A él se deben también los ataques contra la principal ciudad de Ingushetia, Nazrán, hace dos años, y Nálchik, la capital de Karbardino-Balkaria, el año pasado, además de la serie de sangrientos atentados suicidas de los años 2002-2003 y la organización, en mayo de 2004, del atentado que costó la vida de Ajmad Kadírov, padre del actual primer ministro y presidente checheno prorruso impuesto por el Kremlin después de la expulsión de los independentistas a las montañas.

Saiduláyev, que fue predicador wahabí en Argún, su ciudad natal, "no influía en la situación real de Chechenia", señala el actual líder checheno leal a Moscú, Alú Aljánov. "La población no sabía prácticamente nada de Saiduláyev. No fue un presidente, sino un jefe de bandidos, que asesinó a muchos civiles, y su muerte muestra elocuentemente el final que les espera a todos los terroristas. Su desaparición no cambia nada en Chechenia, que tiene un rumbo político claro, donde hay estabilidad y donde hoy ya nadie puede revertir los cambios positivos", agregó Aljánov.

La fiscalía rusa culpaba a Saiduláyev, entre otros muchos delitos, de haber ordenado en 2001 el secuestro del jefe de la misión de Médicos Sin Fronteras en Chechenia, el norteamericano Kenneth Gluck, quien fue liberado 25 días después. La oficina de prensa de la presidencia de Ichkeria confirmó ayer, a través de la página web de los separatistas, la muerte de Saiduláyev "en un combate desigual con las fuerzas de ocupación" de Rusia.

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