Pompa para una reina octogenaria

Isabel II de Inglaterra celebró ayer oficialmente sus 80 años, en loor de multitudes. La apoteosis incluyó un paseo en carroza de la soberana por las calles de Londres, así como un vistoso desfile militar. Una flota de 49 aviones de combate sobrevoló el palacio de Buckingham.

En realidad, Isabel II nació un 21 de abril, pero la tradición manda que la onomástica se celebre de manera oficial en junio, para que haya más posibilidades de disfrutar de una climatología benigna. Ayer hizo un buen día en Londres para el desfile, conocido como Trooping the Colour, que data del siglo XVIII y en el que brilla la bandera de la Guardia de Granaderos. La reina ha asistido siempre a este desfile, menos en 1955, cuando los actos fueron suspendidos por una huelga general.

Ayer Isabel II, con su esposo Felipe, duque de Edimburgo, recorrió la avenida del Mall, entre la plaza de Trafalgar y el palacio de Buckingham, en un faetón de marfil tirado por corceles, que ya perteneció a la reina Victoria, fallecida en 1901. Isabel II vestía chaqueta púrpura, traje de seda con motivos florales y pamela. Durante el paseo, entre los vítores de la multitud, escoltaban el carruaje el príncipe Carlos, heredero del trono, y la princesa Ana. La carroza de la soberana iba precedida por otra, donde viajaban su nieto, el príncipe Enrique, así como el tío de éste, Andrés, duque de York y sus primas Beatriz y Eugenia. El hermano de Enrique, Guillermo, segundo en la línea de sucesión al trono, no pudo asistir en cumplimiento de su servicio en la academia militar de Sandhurts. También se registró la ausencia de Camilla, esposa del príncipe Carlos y duquesa de Cornualles, de luto por la reciente muerte de su padre,

La reina saludó posteriormente, con su familia, desde el balcón principal de Buckingham, mientras los aviones militares efectuaban sus pasadas: entre los aparatos los había míticos, como el Spitfire de la Segunda Guerra Mundial.

El pasado jueves, Isabel II acudió a una misa solemne en la catedral de San Pablo, a la que asistió la flor y nata de la sociedad británica. En el almuerzo posterior, la soberana pronunció en su discurso una frase humorística: "Tal como una vez dijo Groucho Marx: 'Todo el mundo puede envejecer; lo único que tienes que hacer es vivir lo suficiente".