La danza se viste de tul
La octava edición de Gaudí Novias de Barcelona, tras el paso fugaz y polémico de Naomi Campbell anteayer y el glorioso cierre de Victorio y Lucchino, tuvo en Raimond Bundó sus momentos más elevados de calidad y refinamiento, concluyendo con la potente apuesta de Pronovias en las que destacaban la presencia del diseño de Valentino Garavani y Elie Saab. Bundó dio un golpe de efecto trayendo a la pasarela un verdadero espectáculo de ballet contemporáneo de alta calidad, con ocho bailarines del Ballet Nacional de Nacho Duato, a los que vistió con los mismos elementos de su colección, basada en el uso de los brocados valencianos antiguos y los encajes sutilmente coloreados; el trabajo conjunto del violonchelista Luis Felipe Serrano y la coreógrafa Luisa María Arias esmeró la pasarela en un combinado de buena danza acompañada por el sonido de la Suite número 1 para violonchelo de Bach. En el Pabellón Italiano, Pronovias mostró definitivamente como cierre que la moda nupcial española se encuentra en un efervescente momento de gloria.
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