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Reportaje:

La herencia siderúrgica está en el aire

Los saguntinos vuelven a pedir en Injerencias! el uso público de la abandonada gerencia, tras años de promesas incumplidas

Ferran Bono

"Todo está en el aire", dice la alcaldesa de Sagunto, Gloria Calero. "Las negociaciones van por buen camino y este mes será decisivo", se afirma desde la secretaría autonómica de Cultura. "Son muchos años ya de promesas incumplidas y el pueblo reivindica su derecho a disfrutar del patrimonio industrial", sostiene el representante de la Comisión Ciudadana para la Defensa de la Gerencia, Angel Olmos.

Ajena a los vaivenes, la maleza no deja de crecer entre las grietas de los desvencijados chalets del Puerto de Sagunto donde se alojaban los gerentes de la antigua siderurgia. Antes eran ostentosos y rotundos, rodeados de un formidable jardín. Entonces los hornos altos arrojaban hierro candente a las lingoteras. A la gerencia se le llamaba el "pequeño Vaticano", porque sólo entraba de fuera el personal de servicio.

Cultura asegura que ahora negocia con Arcelor la permuta de los terrenos

Hoy, todo forma parte del pasado, como el primer y ambicioso proyecto de rehabilitación y acondicionamiento de la gerencia para reconvertirla en Ciudad de las Artes Escénicas. Lo presentó Eduardo Zaplana en 1999, en días de precampaña electoral. Desde entonces, sólo se ha habilitado la antigua nave de repuestos.

Para hacer memoria del olvido y reivindicar el uso público de este espacio verde, pegado al centro urbano del Puerto, hoy y mañana tendrá lugar en el antiguo casino y sus alrededores la iniciativa Injerencias!. Organizada por la comisión ciudadana y el Laboratorio de Creaciones Intermedia del Departamento de Escultura de la Facultad de Bellas Artes de Valencia, la propuesta incluye exposiciones. performances, visitas guiadas, actuaciones teatrales, conciertos, talleres, comida popular y mesa redonda. Mau Monleón, del Laboratorio de Creaciones, explica el objetivo: "Volver a llamar la atención sobre la problemática a través de acciones muy participativas, ahora que Arcelor y la Generalitat están negociando, además de apoyar toda la reivindicación de la comisión".

Ahora se está negociando una permuta de los terrenos de la gerencia, que pertenecen a Arcelor, y que podría implicar a otra administración, se asegura desde la secretaría autonómica que dirige Concha Gómez. Hay voluntad de resolver la situación de bloqueo a la que se había llegado por la determinación de la multinacional siderúrgica de vender los terrenos a precio de mercado o construir viviendas. "A final de mes habrá ya un anuncio firme", asevera la Consejería de Cultura.

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"Creo en la buena voluntad de Concha Gómez, pero nosotros seguimos sin saber cómo queda el proyecto que se ha ido reduciendo y desgajando. Hay propietarios de terreno que han estado perdiendo dinero seis años... Se dijo también que vendría aquí el centro de música de Rostropóvich y nada. Y mientras tanto, se han ido haciendo otros proyectos como la Ciudad de la Luz, que fue anunciado al mismo tiempo que el de Sagunto y que Camps ha presentado incluso en Miami", señala la socialista Gloria Calero.

"Si hubiera una actuación política más decidida y, por ejemplo, el propio presidente Camps negociara con Arcelor, quizá ya se habría resuelto el problema y tendríamos una ciudad jardín para todos. Pero hasta que no esté negro sobre blanco ya no me creo nada", indica el ex dirigente de CC OO Angel Olmos.

Del casi medio millón de metros cuadrados previstos en el primer proyecto, que ha tenido que ser redefinido, la Ciudad de las Artes Escénicas puede quedarse en 50.000 metros cuadrados, si se queda en algo. Hasta el momento, todo han sido promesas incumplidas y retrasos continuos, siempre acompañados por nuevos anuncios.

La gente cada vez es más escéptica, mientras la maleza sigue abriéndose paso por las casas derruidas de la antigua gerencia.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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