_
_
_
_
PATÉ DE CAMPAÑA | El futuro de Cataluña
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Por un sí y por un no

En las últimas horas de campaña, el esfuerzo invertido empieza a notarse en la expresividad de los defensores del y del no. Josep Piqué cantó el A por ellos, probablemente para exorcizar sus fantasmas intelectuales con una reacción primaria. Pasqual Maragall estuvo en Sabadell y sigue saludando con la mano izquierda, ya que la derecha se le ha escacharrado de tanto darla, no siempre a las personas más adecuadas. Josep Lluís Carod Rovira volvió a decir, por enésima vez, que él es filólogo. Incluso un psicólogo mediocre interpretaría que Carod está viviendo un combate interno entre su yo idealista y su yo filológico. En cuanto a la confusión entre defensores independentistas y españolistas del no, Carod Rovira aclaró algunas cosas en TV-3. Cuando Jaume Masdeu recordó a Carod que Piqué decía que le producía cierto repelús compartir el no con ERC, el filólogo-político (dualidad profesional tan respetable como la de torero-bombero) dijo irónicamente que, más que repelús, a él le producía "angúnia" compartir el no con el PP. Los negativistas del referéndum, pues, pueden elegir entre el repelús españolista y la angúnia soberanista.

En estos últimos días, hemos visto actuar con más determinación a los movimientos teóricamente independientes críticos o favorables con el sí. Los defensores del se agrupan en forma de asociación y los del no prefieren la plataforma. ¿Qué diferencia hay entre lo uno y lo otro? La idea es unir a todos los partidarios de la opción que sea en una especie de orgía sin carnet de partido, libre de las servidumbres de pagar cuota y aguantar a según qué secretarios generales. El símil sexual de la orgía no es gratuito, ya que sigue consolidándose la posibilidad de un acto conjunto entre CiU y el PSC. No es una mala idea. Al fin y al cabo, los actos, cuanto más conjuntos, mejor. Otra cosa es que los orgasmos sean fingidos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_