La modelo Kate Moss se libra de la justicia británica

Kate Moss cerró ayer el turbio episodio de su presunto consumo de drogas duras con la decisión de la fiscalía británica de dar carpetazo al caso por falta de pruebas. Rene Barclay, director de la institución, confirmó que no hay "perspectivas razonables" de llevar a juicio y obtener un veredicto de culpabilidad contra la supermodelo con la documentación compilada durante la investigación policial.

Los detectives de Scotland Yard intervinieron a raíz de la publicación en prensa, el pasado septiembre, de comprometidas imágenes de Moss en un estudio de Londres, donde su amigo y entonces novio Pete Doherty grababa un disco con su grupo Babyshambles.

Barclay reconoció ayer que el material filmado que se requisó "indica con absoluta claridad que la señorita Moss estaba usando drogas controladas y abasteciendo de las mismas a otros". Pero esta evidencia es insuficiente para acudir al juez. La fiscalía desconoce el tipo de droga que usaba la modelo y carece de testigos dispuestos a declarar al respecto. "En ausencia de pruebas forenses o de testimonios respecto a la sustancia en cuestión, no se puede establecer su naturaleza precisa", explicó Barclay.

En las imágenes, se descubre a la superestrella de la pasarela dividiendo polvo blanquecino, que, según los expertos consultados por la fiscalía británica, podría tratarse de cocaína, éxtasis o anfetamina. Con tantas dudas legales, la defensa destruiría los argumentos de la acusación.

La decisión supone un nuevo revés para el jefe de Scotland Yard, Ian Blair, quien se había comprometido a realizar una cruzada contra el abuso de drogas en el mundillo de las celebridades y recordó en televisión que Kate Moss es modelo de conducta para muchos jóvenes.

De 32 años y madre de una hija, la modelo Kate Moss nunca ha admitido su adicción a las drogas, pero sí se disculpó públicamente por el escándalo abierto con la publicación de dichas fotografías.