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Reportaje:

Mil millones en despidos

Volkswagen confía en recuperar la senda de la competitividad si libera miles de empleos

Más de mil millones de euros se dice que le costará a Volkswagen deshacerse de 20.000 empleados. La mitad de ese dinero, aseguraba el semanario Der Spiegel hace un par de semanas, se dedicará a pagar las indemnizaciones de hasta 250.000 euros a los empleados que tengan a bien abandonar la empresa voluntariamente.

Para producir un Volkswagen Golf en Wolfsburgo se necesitan 47 horas, mientras un Megane se monta en 17 en Palencia

Volkswagen (VW) ha ofrecido indemnizaciones a simple vista irrechazables -los impuestos las reducen casi a la mitad- a 85.000 de sus empleados y jubilaciones anticipadas a 16.000 porque el convenio colectivo le impide despedir a nadie hasta 2011. El primer fabricante de coches de Europa se ha propuesto deshacerse de 20.000 trabajadores de sus fábricas del oeste de Alemania (Wolfsburgo, Emden, Hannover, Braunschweig, Kassel y Salzgitter), que suman algo más de 100.000 en su plantilla, para recuperar la competitividad.

La marca arrastra problemas durante décadas que le impiden competir en igualdad de condiciones. Sus trabajadores cobran sueldos un 20% superiores al resto del sector, algo que se pudo mantener mientras el escarabajo batía récords de ventas en los años cincuenta y sesenta y la escasez de mano de obra en Alemania obligaba a la empresa a mantener a sus trabajadores contentos. Pero hoy tiene que pelear con una dura competencia, y el paro en Alemania, del 10,8%, no invita a engatusar a los trabajadores para que se queden sino para que se vayan.

Fracaso en China y Rusia

Mientras que para la producción de un Volkswagen Golf se necesitan en Wolfsburgo 47 horas, en Palencia un Renault Megane se monta en 17 horas. Además, la marca no agota la capacidad de producción de sus plantas. Si puede fabricar seis millones de coches al año, en 2005 sólo vendió 5,24 millones, lo cual ya supuso una mejora con respecto a los 5,08 de 2004. A esto se añade el exceso de personal y su escasa productividad. Para evitar despidos, en 1993 se introdujo la semana laboral de cuatro días (28,8 horas). Hoy la empresa estudia la posibilidad de volver a cinco días y 35 horas sin compensación económica.

La venta de fábricas de componentes ha quedado de momento descartada, pero la prensa alemana sostiene que Volkswagen quiere cerrar alguna de sus plantas en el extranjero, aunque la compañía no lo ha confirmado. En esta dirección estarían presionando el sindicato IG Metall, con gran poder dentro del consejo de supervisión de Volkswagen, y el Estado federado de Baja Sajonia, uno de los principales accionistas y sede de cinco de las seis fábricas germano-occidentales de la empresa -interesado por tanto en que no aumente el desempleo en su territorio. De ser cierto, podría estar en peligro la planta de Landaben, en Navarra.

VW es también víctima de una encarnizada guerra de precios. Según un estudio del Center Automotive Research de la Universidad de Gelsenkirchen, en Alemania la industria del automóvil está ofreciendo descuentos de un promedio del 13,9% a particulares (las condiciones de las que se benefician las empresas son aún mejores), lo que supone para el sector unas pérdidas de 5.000 millones de euros al año. En Estados Unidos, la guerra de descuentos es peor, y Volkswagen sufre las consecuencias de ello, pero también de pretender vender allí los coches que tienen éxito en Europa. Eso la ha llevado a colaborar con Chrysler, que fabricará para VW una furgoneta a la medida de los gustos norteamericanos.

El otro gran mercado de Volkswagen es China, país en el que tuvo una posición privilegiada con una cuota del 40% del mercado cuando el régimen aún no permitía la entrada de competidores extranjeros. Pero la política ha cambiado sin que VW reaccionara con rapidez, lo que ha provocado la pérdida del liderazgo. VW trata ahora de recuperar posiciones con un modelo adaptado al mercado chino a un precio asequible. La misma estrategia ha seguido en Rusia, otro mercado con enorme potencial. En Kaluga, al suroeste de Moscú, construirá una fábrica que estará operativa en septiembre de 2007 y comenzará por fabricar modelos ya existentes para ahorrar en impuestos de aduana y poder ofrecer precios más competitivos. En 2009, la empresa lanzará un modelo específico para el mercado ruso cuyo precio no supere los 10.000 euros.

Cadena de montaje de Volkswagen en Pamplona.
Cadena de montaje de Volkswagen en Pamplona.LUIS AZANZA

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