La plaga después de la plaga
Las repoblaciones intentan aliviar los efectos de la ola de incendios que arrasó en 2006 la comarca gallega de Monterrei
"La tierra está como apestada", dicen algunos vecinos de las aldeas de Laza (Ourense). En los últimos meses ha aparecido la plaga de la rosca, una especie de alacrán verde que se adhiere al tallo de las plantas de pimientos, tomates y alubias hasta que acaba tronchándolas. No hay estudios científicos, pero los campesinos están convencidos de que es producto de otra plaga, la de los incendios forestales que el año pasado devastó la comarca del valle ourensano de Monterrei.
El escritor Xosé Carlos Caneiro lo recuerda como una "pesadilla interminable". "Una tarde me asomé a la ventana y vi un incendio que prendía por siete focos a la vez, intencionado, sin ninguna duda", relata. En los meses de agosto y septiembre de 2005, Monterrei fue la zona de España más castigada por los incendios. Miles de personas vivieron noches enteras en vilo, con sus casas cercadas por las llamas. Decenas de incendios se sucedieron a diario y en una sola semana se quemaron 7.000 hectáreas. Hasta el castillo medieval que reina sobre el valle se vio asediado por las llamas. "Y ahora", ironiza Caneiro, "tiene un aspecto gótico, envuelto en un paisaje entre gris y marrón".
"Antes había desde perdices y conejos hasta corzos y jabalíes, pero ya no queda ni una rata", se lamenta Florencio Blanco, administrador de un coto de caza. Blanco también era presidente de una comunidad de montes, pero ha dimitido porque no pudo convencer a sus socios de que había que talar cuanto antes las 70 hectáreas de pinos quemadas el último verano. "Es esencial para que el monte se recupere", aduce. "En otras comunidades de vecinos sí se han dado prisa y ya han empezado a repoblar, sobre todo con especies frondosas, como castaños y robles, en lugar de pinos".
La concentración de fuegos en una misma zona es habitual en Galicia, hasta el punto de que la Consejería de Medio Rural de la Xunta ha confeccionado este año una lista de 256 puntos a los que se dedicará especial vigilancia. "Son parroquias en las que, por una serie de factores que varían en cada caso, el número de incendios es muy superior a la media", explica un portavoz del departamento.
La campaña de este verano será la primera prueba para la coalición de socialistas y nacionalistas que el año pasado relevó al PP en la Xunta. El consejero de Medio Rural, el nacionalista Alfredo Suárez Canal, llegó al cargo en agosto, en plena oleada de incendios, y tuvo que limitarse a aplicar los planes de sus antecesores. Ahora, con más margen de maniobra, repite con insistencia un principio: "Gastar más en prevención y menos en extinción". Ha empezado por alargar los contratos del personal de las cuadrillas para que, antes del verano, desbrocen los montes. El propósito es evitar otro año como 2005, el peor desde 1989, que dejó arrasadas 57.000 hectáreas en Galicia.
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